El corredor
Sergio Sánchez corrió y pudo apreciarse que corría bien. En su primer toro corrió mucho: corrió con el capote, con las banderillas, con la muleta y con la espada. Tanto correr y de poco le dan los tres avisos. De ser puntual la presidenta, ese toro se lo echan al corral.El público, sin embargo, estaba encantadísimo con Sergio Sánchez y se lo aplaudía todo, daba igual si lo hacía en movimiento o en reposo. Esto último, rara vez. Como buen navarro, Sergio Sánchez tiene una concepción deportiva del toreo, y aquello de templar y mandar seguramente le resbala. Más cerca de los alardes de Martincho y el Licenciado de Falces que de los ritos del Cúchares, el arte no llama. a su puerta.
Astolfi / Sánchez, Valderrama, Higares
Toros de Astolfi, bien presentados, flojos, mansos, manejables. Sergio Sánchez: primer aviso con retraso antes de matar, pinchazo, media atravesada perdiendo la muleta y saliendo perseguido, rueda de peones -segundo aviso con retraso-, siete descabellos y se echa el toro (aplausos); dos pinchazos, estocada corta trasera y rueda de peones; se le perdonó un aviso (ovación y salida al tercio). Domingo Valderrama: dos pinchazos y bajonazo descarado (silencio); bajonazo descaradojueda de peones y descabello (palmas). Oscar Higares: estocada ladeada y rueda insistente de peones (oreja); estocada atravesada que asoma, rueda de peones -aviso- y descabello (oreja); salió por la puerta grande. Plaza de Pamplona, 14 de julio (mañana). 8 a corrida de feria. Media entrada.
Si estaría aplaudidor el público que aplaudió hasta los banderazos de Domingo Valderrama. La verdad es que el pequeño torero no dio ni una. Valderrama en particular y la corrida en general seguían los cánones de Adefesio.,
El- panorama cambió con Oscar Higares. óscar Higares, al lado de sus colegas, parecía el rey de España. Entiéndase. óscar Higares puso allí un orden, una quietud, un aseo. Y tiré bien de los pastueñitos toros por redondos -menos por naturales, que no prodigó-, y aunque mató de aquella manera, le dieron orejas.
Hubo también puerta grande: ¡por éstas! Higares la franqueó aúpa de dos, mientras su colega corredor se despedía en loor de multitud. Las matinales pamplonesas son el nunca suficientemente ponderado cuscús de la Bernarda; lo que, si bien se mira, tampoco está mal.
Babelia
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