_
_
_
_

ETA inicia en la Costa Brava su campaña veraniega de atentados

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Dos artefactos de pequeña potencia -"pensados para hacer ruido", según medios antiterroristas- hicieron explosión ayer a las ocho de la mañana en Lloret de Mar (Girona) en zonas boscosas próximas a la playa Fenals y la cala Banys. Otras dos bombas de mayor potencia fueron desactivadas por la Guardia Civil en la vía férrea que une las cercanas localidades de Blanes y Malgrat de Mar. Como en los últimos veranos, ETA ha dejado su tarjeta en forma de bombas en una zona turística, esta vez en la Costa Brava. Interior ha puesto en marcha la Operación Verano de Seguridad ante la posibilidad de atentados en zonas turísticas de toda España

A media mañana, unos 15.000 turistas, ávidos de playa y sol en un verano caracterizado por el mal tiempo en Cataluña, pudieron volver a tender su toalla en la arena, ajenos en su mayor parte a lo que había pasado.A la misma hora, un equipo Tedax de la Guardia Civil desactivaba dos potentes artefactos con cuatro kilos de cloratita colocados en dos fiambreras metálicas en la vía férrea que une Blanes y Malgrat de Mar, localidades costeras próximas a Lloret. Los artificieros hicieron explosionar una de las bombas y neutralizaron la otra. A primera hora de la tarde, la circulación de trenes ya estaba restablecida.

El pasado martes, a media tarde, varios medios de comunicación de Cataluña y del País Vasco recibieron llamadas anónimas que avisaban de la colocación de bombas en las playas donde ayer explosionaron los artefactos. Los avisos señalaban que, entre las 17.00 y las 20.00, harían explosión dos bombas colocadas "en la cala Balis [se referían a la cala Banys] y en la playa Canals [playa Fenals]".

Los Mossos d'Esquadra, policía que tiene la competencia de la seguridad ciudadana en la comarca, y agentes del Cuerpo Nacional de Policía desalojaron las playas. Ningún artefacto explotó. Se consideró que había sido una falsa alarma y a las diez de la noche del martes se levantaron los controles. Medios de la lucha antiterrorista precisaban ayer que este tipo de avisos confusos, con horas y lugares imprecisos, son típicos de ETA, que casi nunca informa del lugar exacto donde explotarán sus bombas.

Fuentes policiales antiterroristas descartan que las cuatro bombas de la Costa Brava sean la respuesta de ETA a la liberación del funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara o buscaran la caja de resonancia de un atentado en el momento en que se celebraba en Madrid la cumbre de la OTAN. "Las campañas de verano requieren un trabajo previo de recogida de información y se preparan con tiempo. No se suelen improvisar. ETA busca una población turística que garantice la resonancia del atentado y procura que sus activistas no corran riesgos innecesarios. Eso sí, buscan siempre objetivos fáciles", señalan medios antiterroristas.

'Comando' extranjero

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Desde finales de mayo, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado estaban en estado de alerta ante la posibilidad de que ETA desencadenara de nuevo una campaña de atentados veraniegos. También como cada año, los mandos policiales dieron instrucciones a sus agentes sobre la posibilidad de que un comando itinerante, que podría estar compuesto por franceses y holandeses, actuara contra los intereses turísticos. Por ello activaron el plan especial pensado para estas situaciones. Este plan califica de zona de alto riesgo todo el litoral mediterráneo y pone su atención en las vías férreas. Fue precisamente un técnico de Renfe el que ayer por la mañana descubríó las dos bombas etarras.Los métodos y sistemas utilizados por los comandos que. efectúan estos atentados facilitan su movilidad y su camuflaje entre turistas de todas las nacionalidades. "Las bombas que ETA utiliza en un sitio turístico siempre llevan un temporizador, lo que permite a quien la coloca estar a centenares de kilómetros cuando se produce la explosión e iniciar el proceso en otro sitio buscando el efecto dominó", indican medios policiales.

En 1995 y 1996 los pistoleros de ETA se centraron en las playas de Tarragona. Localidades costeras como Salou y Cambrils, donde tradicionalmente veranea una importante colonia del País Vasco y Navarra, albergaron artefactos como el que explotó el ano pasado en la sala de espera del aeropuerto de Reus e hirió a 35 turistas extranjeros. Este año, los terroristas se han ido al norte, a una zona como la de Lloret, en la que la policía autonómica catalana es la encargada de la seguridad ciudadana. Por ello, el martes y ayer los Mossos d'Esquadra estrenaron el protocolo de actuación en caso de atentado terrorista, que les señala tareas de cooperación con el Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil, cuerpos que tienen la competencia de la lucha antiterrorista. Julia García-Valdecasas, delegada del Gobierno en Cataluña, no quiso ayer dejar pasar la oportunidad y agradeció "la colaboración de los Mossos d'Esquadra, que ha sido perfecta".

García-Valdecasas y Jordi Pujol hicieron llamamientos a la tranquilidad como mejor manera de luchar contra ETA. Quienes no están tan tranquilos son los empresarios hosteleros de Lloret, que temen que la repercusión de las bombas en los medios de comunicación extranjeros les eche al traste las buenas perspectivas de este año.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_