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Tribuna:EL DEFENSOR DEL LECTOR
Tribuna
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Informar sobre IU

De cuando en cuando, el Defensor del Lector debe atender quejas de lectores sobre tal o cual información referente a Izquierda Unida. Las quejas, como es lógico, aumentan en momentos en que la crisis casi permanente en que vive IU se. agudiza. El mensaje de estos lectores es claro: la información de EL PAÍS sobre IU no se atiene a las normas del Libro de estilo del periódico. Algunos, que no ocultan su militancia en IU, piensan, además, que ese tratamiento informativo revela una clara animosidad del periódico contra la dirección de IU.Respecto de lo primero, es decir, determinar si las informaciones sobre IU se atienen o no a las reglas del Libro de estilo, el Defensor del Lector se confiesa capacitado para llegar a alguna conclusión. Pero le resulta más difícil pronunciarse sobre sensaciones o apreciaciones de índole subjetiva. Lo único que puede decir es que esa animosidad que algunos lectores perciben en EL PAÍS respecto de IU no existe en la realidad. Ello no significa que tal percepción sea un invento; se trata de una reacción comprensible pero distorsionada ante lo que esos lectores consideran deficiencias y fallos informativos en temas que sienten, muy cercanos. En el ámbito de la militancia partidista. no es infrecuente que se tienda a. confundir lo que sólo es crítica. política o estricto ejercicio del. deber informativo con actitudes de inquina o animadversión de los medios de comunicación, hacia la organización en que se milita. A, veces, esa confusión llega hasta el ridículo, como fue el caso de Nuevas Generaciones del Partido Popular, que, obsesionadas por una supuesta animosidad de EL PAÍS contra el Gobierno, intentaron minar la credibilidad de este periódico con un trivial y pretencioso estudio sobre supuestas vulneraciones del Libro de estilo en su línea editorial e informativa sobre el partido en el poder.Pero ¿de qué se quejan en concreto los lectores críticos con las informaciones sobre IU? De que se mezcla, en dosis nada despreciables, opinión con información, en contra de lo que establece el Libro de estilo. Un lector de Cádiz, T. Ramos García, ha remitido al Defensor del Lector un ramillete de informaciones recientes sobre IU, espigando los párrafos que, a su entender, constituyen claros juicios valorativos. Algunos lo son sin duda. Hablar de, "el absolutismo de Anguita" o dictaminar que "a IU no le importa que la política española esté hoy en otros aires y otros asuntos. Ellos van a lo suyo. El mundo de IU no está aquí ", por poner dos ejemplos, es más propio de un editorial, de una columna o, en todo caso, de un artículo analítico que de una información. El periodista se excede en estos casos interfiriendo en un dominio privativo del lector: el de su libertad de juicio para interpretar la, noticia sin que nadie le induzca a unas u otras conclusiones.Pero hay supuestos, sin embargo, en los que al informador le es permitida cierta opinión o interpretación de los hechos. Algunos lectores han concentrado sus quejas en uno de estos supuestos: el artículo ¡A por ellos, que son pocos!, publicado el pasado 2 de junio. Uno de ellos, Agustí Roig, de Barcelona, confiesa "sentirse insultado por el tono de dicho artículo'., al que califica de "panfleto impropio de un periódico serio como el que estoy acostumbrado a leer todos los días". Pero se trata, en este caso, de la típica crónica política, a la que El Libro de estilo define como un género periodístico "a medio camino entre la noticia, la opinión y el reportaje". La crónica se adapta bien a relatos informativos amplios y, según El Libro de estilo, "debe contener elementos noticiosos y puede incluir análisis (y, por tanto, cierta opinión e interpretación)". Sin embargo, el autor está obligado a "explicar y razonar las interpretaciones que exprese, y construir su texto de modo que la información prime sobre la interpretación. No es tolerable, en cambio, la coletilla que refleja opiniones personales o hipótesis aventuradas".El artículo ¡A por ellos, que son pocos! se atiene al modelo de la crónica. Su finalidad era pulsar la situación interna de IU -sus estrategias y divergencias- en vísperas de importantes decisiones en relación con algunos de sus componentes. No se trataba, pues, de informar sobre un hecho concreto: una rueda de prensa, una asamblea... El periodista tiene libertad en ese supuesto para estructurar su relato según una ordenación previa de los datos que posee.De esa manera resaltará los elementos noticiosos que juzgue más relevantes y relegará a un segundo plano los que lo son menos. Pero no podrá hablarse de falta de objetividad siempre que los datos sean veraces y hayan sido convenientemente contrastados. Ningún lector ha cuestionado la veracidad y el rigor de los datos manejados en el artículo ¡A por ellos, que son pocos! De otro lado, el desarrollo posterior de los acontecimientos ha demostrado lo fundado del análisis.En ese sentido, no le falta razón a Rodolfo Serrano, periodista encargado de la información sobre IU, cuando afirma que "la objetividad absoluta es imposible, ya que el redactor siempre aporta a la información sus propias sensaciones, el ambiente en que se ha producido la noticia, su impresión sobre lo que es y lo que no es interesante". De otro lado, añade Serrano, "la información escrita está obligada hoy a ser muy diferente a la que se realizaba hace unos anos, cuando el vehículo informativo era Icasi exclusivamente el escrito. En la actualidad, los periódicos no pueden competir en inmediatez con la radio o la televisión. La información escrita debe competir, sobre todo, en la profundidad con que se analiza la noticia. Es lo que yo, humildemente, trato de llevar al lector".

Es notoria esa competencia de los medios audiovisuales a la que se refiere Rodolfo Serrano. Y. ello obliga a que la información de los periódicos, incluida la de carácter político, tienda a ser cada vez más desenfadada e incluso escasamente respetuosa con la tradicional técnica periodística de la pirámide invertida (de mayor a menor interés) si el resultado es hacerla más atractiva para el lector. Pero ofrecer una información atrayente, interesante y sugestiva para el lector es compatible con que el informador se dedique exclusivamente a informar y se abstenga de ejercer funciones de editorialista, aunque sea a ratos o a tiempo parcial. La competencia con los medios audiovisuales debe centrarse en el terreno de la noticia: con información rigurosa y lo más completa posible e indagando sobre su sentido y claves últimas al servicio del lector. Si la opinionitis -esa plaga o enfermedad que infecta al periodismo español actual no se detiene ante los hechos, se acabará por destruir el . rasgo posiblemente más definitorio del periodismo moderno.

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El signo de Almunia

¿Habrá de tomarse como un rasgo cierto de la personalidad de Joaquín Almunia esa condición dual, contradictoria, que los astrólogos atribuyen a los nacidos bajo el signo de Géminis? Así parece deducirse de la historia biográfica del nuevo secretario general del PSOE publicada el domingo 29 de junio, en la que se da a su signo zodiacal la misma consistencia real que haber nacido en Bilbao (¡nada menos!) y tener (¡sólo!) 49 años de edad. Para Alex Grijelmo, redactor jefe de la edición dominical, "se trata de un dato cierto al que unos dan importancia y otros no". "Además", dice, "es un perfil biográfico, donde se anotan datos tan irrelevantes desde el punto de vista científico como la edad o el lugar de nacimiento". Algunos lectores se han extrañado, sin embargo, de que se incluya un elemento ir racional en un texto informativo que debe estar marcado por el rigor de sus datos. El Defensor del Lector también se extraña, si ha de darse por válido ese principio de El Libro de estilo de que el fin de la informa ción "es ayudar al lector a en tender la realidad". Mal puede entenderse la realidad con in gredientes esotéricos.Los lectores pueden escribir al Defensor del Lector o telefonearle al número (91) 337 78 36.

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