Jospin insinúa que habrá nuevas subidas de impuestos y más privatizaciones
Apenas lleva un mes al frente del Ejecutivo y Lionel Jospin ya sabe que él no habrá tenido derecho a los tradicionales 100 días de gracia. Ayer apareció por primera vez desde su victoria ante las cámaras de televisión para ser entrevistado largamente. Sobre la cuestión del déficit público, que este año podría estar entre el 3,5% y el 3,6%, el primer ministro sostuvo que "hay que esforzarse para evitar desviaciones excesivas respecto al objetivo, pero esos esfuerzos tienen que estar repartidos de manera justa". Y precisó que para él la justicia no consistía en pedir a todos lo mismo sino, en reclamar una mayor contribución a quiénes más tienen". Tampoco renegó de las privatizaciones. El compromiso relativo a los criterios de convergencia -"cumplimos cuatro de cinco y también resolveremos el problema de déficit"_ y a la puesta en marcha del euro, lo sostuvo afirmando: "Queremos la moneda única porque es útil y necesaria y nos protegerá de la especulación contra nuestras monedas en el interior de la UE". También sostuvo que "la reducción del déficit es necesaria para evitar crear más deuda".
Sobre cómo resolver la cuadratura del círculo -fomentar el consumo, desendeudar el Estado, no aumentar la presión fiscal y crear empleo- admitió que "el camino por recorrer es estrecho y difícil. El anterior Gobierno convocó elecciones anticipadas antes de afrontar las dificultades". "Yo he heredado esas dificultades", reconoció antes de dar a entender que podrían intentar poner impuestos a los flujos financieros -"no siempre que se habla de aumentar la imposición sobre los ingresos estos vienen de la empresa o el trabajo", así como al ahorro.Jospin no se manifestó abiertamente en favor de las privatizaciones pero admitió que pudiera convenir en ciertos casos: "No creo que sea misión del Estado tener que reflotar continuamente las instituciones financieras en dificultades". La referencia al GAN o al Crédit Lyonnais, sociedades susceptibles de volver al universo privado, pareció transparente. En el caso de la industria de armamento y la electrónica dijo querer guiarse por criterios de "coherencia industrial, interés nacional y de coste para el Estado", asegurando estar abierto a "métodos flexibles" en el caso de Thomson o de la fusión entre Aérospatiale y Dassault.
El resto del tiempo lo dedicó a recordar lo ya hecho -aumento del salario mínimo (4%), de las ayudas a la vivienda y multiplicación por cuatro de las escolares- y a las derrotas relativas: Vilvoorde y Pacto de Estabilidad.
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