Boxeo caníbal
El único toque de clase en Las Vegas el pasado sábado por la noche lo proporcionó Mills Lanes, el árbitro que advirtió a Mike Tyson: "Una vez más y se va". Tyson acababa de arrancar y escupir un trozo de la oreja derecha de Evander Holyfield. Cuando el carnívoro Tyson mordió la oreja izquierda de Holyfield cumplió su palabra: paró la pelea y Holyfield fue declarado vencedor.Holyfield sigue siendo el campeón mundial de los pesos pesados, pero ¿a quién le importa? El boxeo, un salvaje pasatiempo, ha dado, a pesar de todo, momentos espléndidos. Pero se ha hundido en absurdos abismos, guiado por promotores sin principios y popularizado por artistas del golpe bajo.
Si hay alguna esperanza para este deporte depende de lo que le suceda a Tyson. Por ley, la Comisión Atlética del Estado de Nevada puede rebajarle el 10% de su premio, pero esto todavía le deja 27 millones de dólares por menos de nueve minutos de patológica conducta. Sin embargo, la asociación puede suspender a Tyson, que es lo que debería hacer, apartándole de la escena al menos por dos años, quizá indefinidamente. ( ... )
Tyson ( ... ) ha prometido buscar ayuda médica "para saber por qué hizo lo que hizo". (.. .) Por el momento, es una amenaza para él mismo y para el boxeo, y hasta que pueda proporcionar evidencias convincentes; de lo contrario, debe permanecer fuera del cuadrilátero.
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