El Plantío, situación de abandono
Me gustaría que, si es posible, publicaran en su diario la siguiente crítica al Ayuntamiento de Madrid:El Plantío es un barrio totalmente marginado y olvidado desde hace muchos años. Para empezar, basta con señalar que no tiene ningún tipo de servicio social, y no sólo esto, sino que, además, la calle principal de este barrio, la avenida de la Victoria, a estas alturas carece de aceras, de alumbrado público e incluso existe aún el tendido aéreo para los cables, a pesar de que creo que está prohibido por la ley desde hace más de, diez años.
No sé exactamente cuál es el delito que se habrá cometido, pero pienso que debe de ser muy grave para que, llegando al siglo XXI, exista tal precariedad y, lo que es peor, que no esté previsto ni pase por la imaginación del Ayuntamiento de Madrid el solucionarlo.
Pues bien, en este barrio y sólo en la avenida de la Victoria hay como 8 o 10 residencias de ancianos y, claro, como debe de quedar muy feo que estas personas paseen por la calle, el señor alcalde debe pensar que lo mejor para que no salgan jamás del recinto de la residencia es que no haya aceras; de este modo, como nadie puede pasear, nos olvidamos de que estas personas existen. Además de que ¿dónde van a ir?, si en el barrio no hay un solo parque ni ningún centro social, ni para ancianos, ni para jóvenes, ni para nadie.
Si la situación hasta la fecha ha sido degradante y totalmente contraria a lo previsto en los planes de urbanismo (pues antes de conceder licencias para edificarse prevé la existencia de aceras, parques, zona dotacional, etcétera) y a los principios que consagra nuestra Constitución (pues el artículo 9.2 dice que corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para la libertad y la igualdad del individuo), ahora, además, el Ayuntamiento de Madrid ha concedido una licencia para que construyan una gasolinera en una zona donde sólo hay viviendas y pegada, pared con pared, a una residencia de ancianos. Debe ser porque así se matan dos pájaros de un tiro por un lado, evita la circulación de personas poco agradables estéticamente y, por otro, ayuda a aliviar el sistema nacional de pensiones.
¡Bravo por el señor alcalde! A esto se le llama eficiencia.-
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