Theo Waigel insiste en la estricta aplicación de los criterios de convergencia para el euro
El ministro alemán de Hacienda, el social cristiano Theo Waigel, expuso ayer en Francfort, de forma tajante, la posición de Alemania sobre la unión. monetaria: aplicación estricta de Maastricht; ningún país tiene asegurada su participación automática, y rechazo contundente a un Gobierno econonómico, como contrapunto al futuro Banco Central Europeo (BCE) y a la posibilidad de devaluar el euro para favorecer el empleo. Los gobernadores de los bancos centrales de Alemania, Francia y el Reino Unido coincidieron en la necesidad de una "convergencia perdurable".
La videoconferencia Global 24, que se celebró ayer en Francfort con conexiones permanentes en directo con Tokio, Nueva York, Londres y Milán, congregó una amplia lista de políticos, banqueros, gobernadores de bancos centrales y un largo etcétera de destacados dirigentes económicos. Durante 12 horas, todos debatieron "el impacto mundial de la unión monetaria europea".Empezó la conferencia global bajo los patéticos acordes de Así hablaba Zaratustra, de Richard Strauss, la música que sirvió para ilustrar la película 2001, odisea en el espacio, y no resultó del todo descaminada, porque varios oradores se refirieron al fin del milenio, a los desafíos de fin de siglo o a "Europa en la encrucijada". Todo con un cierto tufo apocalíptico.
Waigel parece haber escogido ese marco para precisar la posición de Alemania sobre la unión monetaria y dejarla clara urbi et orbi. En un tono tranquilo, dejó bien claro que no comparte la posición de Francia de establecer un contrapeso político al futuro Banco Central Europeo.
Pacto sin retoques
Destacó luego que la reciente cumbre europea de Amsterdam aprobó, sin retoques, el "pacto de estabilidad y crecimiento" y afirmó que no existe una contradicción entre "estabilidad del curo por medio de una estricta disciplina presupuestaria y la lucha contra el paro". A continuación, dejó también clara su interpretación de la política de empleo europea: los proyectos europeos "no justifican la menor entrega de competencias a la Comunidad y ningún mandato para nuevos amplios programas de empleo".Estableció a continuación Waigel, de forma tajante, que el tipo de cambio del futuro curo "no se pondrá al servicio de una política de empleo; no habrá una política de devaluación del curo". Las tres columnas sobre las que descansa la estabilidad del curo son para Waigel la independencia del BCE; el pacto de estabilidad, para una política presupuestaria sólida; y criterios de convergencia en virtud de los cuales "sólo podrá participar quien aporte suficiente estabilidad propia".
Al referirse a los criterios de convergencia, Waigel dijo que no todos los países de la Unión Europea querrán o podrán cumplir las exigencias del Tratado y del Pacto de estabilidad.
Los gobernadores de los bancos centrales de Alemania, Francia y el Reino Unido, junto con el flamante presidente del Instituto Monetario Europeo (IME), el holandés Willem Duisenberg, destacan por su parte la necesidad de una "convergencia perdurable" como clave del éxito de la futura moneda europea, el curo, que no debe ser convertido en "chivo expiatorio" de la situación de paro en Europa.
Los gobernadores participaron en una mesa redonda sobre la siguiente pregunta. "¿Será creíble y perdurable la futura moneda europea?". El alemán Hans Tietmeyer criticó la política fiscal y presupuestaria de algunos países europeos, que "no está basada sobre la perdurabilidad".
También advirtió Tietmeyer sobre la necesidad de reformas estructurales de importancia en varios países europeos, "incluido el mío", dijo, y preconizó una mayor flexibilidad del mercado laboral. Tietmeyer dijo que el objetivo a medio plazo de la Unión Monetaria y Económica será lograr un déficit cero en los países miembros, e incluso un superávit.
El nuevo presidente del IME, Duisenberg, apoyó a Tietmeyer y aportó el ejemplo de Estados Unidos, que en los últimos cinco años logró combinar la reducción del déficit público con la creación de empleo. Duisenberg destacó el papel catalizador de los criterios de convergencia, que ya han logrado que la inflación en casi todos los países no rebase el 2% y los tipos de interés se muevan en tomo al 5,5%.
El gobernador del Banco de Inglaterra, Edward George, insistió mucho en la idea de la "convergencia perdurable", sin la cual el curo sería una aventura. Para George, la reducción del déficit debe hacerse con seriedad y no ser el resultado de acciones aisladas que se olvidan después que la unión monetaria esté en marcha.
El francés Jean-Claude Trichet destacó la importancia de la, credibilidad a largo plazo de la moneda común y declaró que no ve diferencias entre las interpretaciones de los criterios de convergencia entre los Gobiernos de Francia y Alemania.
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