El Gobierno cree que su consolidación se confirma con la salida de González

El Gobierno interpreta que la dimisión de Felipe González como secretario general del PSOE y los primeros pasos de la nueva dirección socialista, con el acercamiento a la izquierda y el alejamiento de los nacionalistas, son un reconocimiento de su consolidación en el poder, según fuentes oficiales. La cúpula del Gobierno analiza hoy con la dirección del PP el nuevo horizonte político que se abre tras esa dimisión.

La tesis de la que arranca el Gobierno es que, más allá del acoso a González a raíz de los escándalos, el ex secretario general del PSOE ha dimitido al cambiar las expectativas electorales de los socialistas. Un portavoz señala que González cambió su discurso del mitin de Linares, celebrado al poco de la "dulce derrota" del 3 de marzo de 1996, donde abrió la esperanza de una próxima recuperación del poder por el PSOE, al momento actual.El PSOE tuvo presente la posibilidad de que Aznar convocara elecciones justo al ratificarse la entrada de España en el euro. Con esa expectativa, el Gobierno del PP interpreta que González mantenía su continuidad como secretario general y candidato ante una próxima convocatoria electoral. En las últimas semanas, González, según interpreta el Gobierno, se ha convencido de que Aznar quiere agotar la legislatura y que cuenta con el apoyo de CiU para ello.

Con más tiempo por delante en el que puede forjarse un nuevo candidato, González ha optado por el recambio, interpreta el Gobierno. También en esa clave observa los nuevos pasos de la dirección socialista, con un llamamiento a IU y los sectores progresistas, como nueva carrera de fondo por la recuperación del electorado.

Y en la misma clave, el Gobierno percibe el alejamiento del PSOE de los nacionalistas. A su juicio, González cuidaba esa relación en la expectativa de un regreso próximo al Gobierno, pero ante la perspectiva de una consolidación del Ejecutivo del PP, la nueva dirección socialista ha optado por situar en primer plano la promesa de cambiar el nuevo modelo de financiación autonómica cuando recupere el Gobierno, y, con ello, el alejamiento de los nacionalistas.

Otro análisis que plantea el Gobierno del PP es cómo van a compaginar Felipe González y Joaquín Almunia sus discursos. El primero ha dicho que va a dedicar una parte de sus esfuerzos a denunciar la trama que sufrió su Gobierno. El segundo es el principal responsable de elaborar la alternativa que el PSOE opondrá al PP en las próximas elecciones. El Ejecutivo cree que ambos discursos "pueden cruzarse".

Un portavoz del Ejecutivo responde que el Gobierno facilitará al máximo la interlocución con Almunia y tratará de potenciar su imagen como jefe de la oposición. "Almunia es mucho Almunia, pero va a necesitar mucho tiempo para consolidarse. En lo que a nosotros hace, se lo facilitaremos".

El Gobierno cree tener una oportunidad de oro de ampliar su imagen de centro y responder con "posibilidades de éxito" a la acusación de ser "la derecha de siempre". Admite que González le achicaba mucho espacio y anuncia un paquete de iniciativas sociales para el nuevo curso con el objetivo de "ganar imagen" de centro.