Aprender a vivir sin Ronaldo
Treinta y cuatro goles en la Liga y 14 más en el resto de las competiciones. Era fácil vivir con Ronaldo y difícil estar sin él. Algunos, como es el caso del portero Vítor Baía, pidieron a su compañero que si la Copa América se lo permitía volara a Madrid para no perderse el partido. No pudo -Brasil ha llegado a la final de la competición- y, en cualquier caso, ya avisó que tampoco viajaría a Madrid tras su deseo de fichar por el Inter de Milán. Eso sí: dijo, desde Bolivia que él sería un culé más porque, entre otras cosas, contribuyó con sus goles a llegar a la final de la Copa.El vestuario, eclipsado todo el año por el buen hacer del brasileño, se conjuró para demostrar que podía vivir sin un jugador descomunal. No era tarea fácil: Ronaldo se convirtió, a medida que avanzaba el curso, en un jugador más determinante. Tampoco llegó el equipo a Madrid sobrado de recursos: la final de Rotterdam la ganó de penalti -transformado por el brasileño- y estuvo vivo en la Liga justo hasta que Ronaldo se marchó.
El primer varapalo fue fuerte porque el equipo tiró el título en Alicante. Tampoco nadie echó las campanas al vuelo tras el 3-0 que el Barça le endosó al Betis hace apenas dos semanas en la Liga. Entre otras cosas porque los béticos, que tuvieron al menos seis ocasiones clarísimas para marcar, tenían aquel día las botas torcidas.
Con fuertes tensiones por el desequilibrio de las primas y sin Ronaldo, el equipo demostró ayer que es humano y puede vivir sin el crack. Despidiéndose ya Robson del banquillo y con Van Gaal a la vuelta de la esquina, el partido fue un test para el futuro. Son muchos los jugadores que tienen aún pendiente la mejora de su contrato. Abelardo, sondeado teóricamente por el Madrid; Amor, con una oferta del Sampdoria, y la incertidumbre que arrastran los canteranos -los hermanos Óscar y Roger García- y quienes temen tener un pie fuera del club -Cuéllar, Amunike, Lopetegui-.
Pero todas esas situaciones no tienen parangón con la del brasileño. La directiva ha invertido esfuerzos en buscar a un delantero que pueda garantizar, si no 34 goles, la efectividad de la línea ofensiva. El baile de nombres no cesa:, Anderson (Mónaco), Baggio (Milan), Bierhoff (Udinese), Batistuta (Fiorentina). Louis van Gaal no tiene especial predilección por ninguno de ellos porque se ha ido Ronaldo y Kluivert ha fichado por el Milan.
Todo parecerá poco. Y la directiva lo sabe. Por eso no esconde su desolación cuando comenta que Ronaldo no ha vendido su chalet de Castelldefels en una demostración, entiende, de que se quiere ir aunque está en Barcelona como en casa.
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