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La sanidad vasca se transforma en un ente público de derecho privado

Hace tres años, el consejero vasco de Sanidad, Iñaki Azcuna, ya avisó en el Parlamento de que la etapa dorada de Osakidetza (Servicio Vasco de Salud) había llegado a su final. El pasado miércoles, el Parlamento vasco, en un intento de conjurar la imparable demanda de los usuarios con las limitaciones que impone Maastricht, aprobó la Ley de Ordenación Sanitaria de Euskadi, que representa una revolución en el modelo organizativo y de financiación: la consejería transforma Osakidetza en un ente público de derecho privado. Le dota de algunas herramientas con las que trabaja la empresa privada para agilizar su gestión.La piedra angular del proyecto son los médicos, que son los que deciden el gasto a través de sus prescripciones o recomiendan los tratamientos que deben seguir los pacientes. La idea que impregna la ley es descentralizar al máximo las decisiones y el gasto. Los médicos se transformarán en gestores encargados de mirar la peseta al máximo. La ley trata de adaptar también la organización sanitaria vasca al Plan Osasuna Zainduz -conocido como la reforma Azkuna-, que fue aprobado por la Cámara vasca en 1993. El departamento de sanidad seguirá teniendo la responsabilidad de planificar y aportar financiación al sistema.

Este cometido lo desarrollará por medio de las direcciones territoriales, que se encargarán de la gestión del aseguramiento, la autoridad sanitaria (inspección y ejecución de programas) y la compra de los servicios sanitarios a los centros públicos -que seguirán aglutinados en tomo a Osakidetza- y privados. La responsabilidad indemnizatoria por una mala praxis médica, las compras, el personal y los controles del Tribunal Vasco de Cuentas van a seguir sometidos al derecho público. La forma de reflejar la contabilidad, las auditorías y la organización interna de los hospitales no estarán sujetas a las rigideces de los procedimientos administrativos.

Contratos-programa

La Ley de Ordenación sanitaria plantea como sistema de financiación de los centros públicos la fórmula de contrato -programa -que ya se viene aplicando en todos los hospitales de agudos-, y la de concierto con los privados. De acuerdo al texto y al espíritu de la ley, el departamento sólo contratará el servicio de centros privados cuando Osakidetza no pueda ofrecerlo. En la actualidad, el 7% del presupuesto de sanidad va a parar a las clínicas privadas. A diferencia de otras comunidades que tienen también transferida la sanidad, la comunidad vasca ha conseguido mantenerse en números azules. A finales de 1997, el déficit no alcanzará los 3.000 millones.La plantilla de Osakidetza quedará sometida al régimen laboral del Estatuto Marco. Esta fórmula confiere mayor estabilidad porque no incluye el despido, salvo si está motivado por razones disciplinarias ante faltas muy graves. Los sindicatos y los partidos IU, Unidad Alavesa y Herri Batasuna han alertado sobre un intento de privatizar la sanidad y mantienen enmiendas a la totalidad del texto.

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