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El PRI perderá la mayoría absoluta por primera vez en 68 años, según los sondeos

A medida en que se acerca el 6 de julio, día de las elecciones legislativas en México, las perspectivas del oficial Partido Revolucionario Institucional (PRI) se desmoronan. Según las encuestas más recientes -las últimas permitidas por la ley-, el PRI podría perder la mayoría absoluta que ha mantenido en la Cámara de Diputados a lo largo de 68 años. Se le irá también de las manos la alcaldía de la Ciudad de México, que por primera vez se somete a las urnas. Serán, auguran los analistas, los peores resultados del todopoderoso partido en unas elecciones federales. Y el verdadero arranque de la transición."El 6 de julio será un día histórico para México porque habremos dado el paso final para arribar a la normalidad democrática que todos queremos", dijo Ernesto Zedillo la pasada semana, con un sabor agridulce en la boca. El presidente mexicano se encuentra entre dos fuegos: el del avance de la reforma política que él mismo ha impulsado, y el de la perspectiva de un duro retroceso de su propio partido.

En juego están los 500 escaños de la Cámara de Diputados, la cuarta parte del Senado, seis Gobiernos estatales -Campeche, Colima, Querétaro, Sonora, San Luis Potosí y Nuevo León- y la regencia de la capital federal. La últimas encuestas pronostican que el PRI será derribado del trono de la mayoría absoluta que ocupa desde 1929 para mayor tranquilidad de los 12 presidentes priístas que han desfilado desde entonces. Según el sondeo del prestigioso Centro de Estudios de Opinión de la Universidad de Guadalajara, el conservador Partido de Acción Nacional (PAN), que se consolida como la verdadera alternativa de oposición, empata con el PRI en intención de voto: alrededor del 30%. Por detrás, con un 20%, figura el centroizquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD). Ninguno de los partidos, pues, obtiene el 42.2% de los votos necesarios para alzarse con la mayoría absoluta.

Valor simbólico

Otra derrota sonora la sufrirá el partido oficial en el Distrito Federal. El gobierno de los nueve millones de capitalinos, que por primera vez podrán elegir a sus autoridades, aparece en los sondeos en manos de Cuauhtémoc Cárdenas, fundador y líder moral del PRD. Si bien la trascendencia política es limitada, su valor simbólico es enorme.Prueba de ello es la guerra sucia desatada en contra del candidato perredista: el pasado miércoles la policía capitalina encontró dos laboratorios clandestinos donde se reproducían miles de vídeos de propaganda en contra del PRD. La cinta, de tres minutos de duración, muestra imágenes de Cárdenas intercaladas con escenas de violencia callejera. Las películas habían empezado a distribuirse en diversos puntos de la capital, casa por casa. De momento hay 13 detenidos, y las investigaciones continúan.

De cumplirse los pronósticos, los resultados del 6 de julio supondrían un primer golpe a la hegemonía política del PRI. La pérdida de la Cámara baja sería la puntilla del retroceso que ha sufrido desde 1995. En las ocho elecciones locales que se celebraron el año pasado, por ejemplo, la oposición consiguió el 52,39% del total de los votos, contra el 47,60% del partido oficial.

El pánico ha cundido en las filas del PRI. Tres millones de militantes y simpatizantes se han movilizado para promover el voto en favor de su partido. El propio presidente se ha lanzado al ruedo electoral para tratar de rascar votos. Mientras tanto, las cúpulas priístas se han dedicado a pronosticar toda clase de desastres si gana la oposición: México caerá en la ingobernabilidad, se acabarán los logros construidos por el PRI, los subsidios a las clases populares, el país caminará hacia el caos... "La derecha empieza por ser simpática y termina el fascismo, la izquierda empieza por ser aparentemente social y termina en dictadura", decía el presidente priísta, Humberto, Roque, en cuyo discurso nunca han cabido los matices.

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