Una noche tranquila
Adecuado debú. El primer partido siempre es especial. Los decepcionantes resultados cosechados por España en su preparación añadían un punto más de incertidumbre sobre el rendimiento del equipo nacional. Todo resultó más fácil de lo esperado. Ucrania no opuso resistencia alguna lo que posibilitó que España pudiese reforzar su moral y los jugadores recuperar la confianza perdida.Buenas intenciones. A pesar de lo endeble de su rival, tan sobrado en centímetros como falto de talento, se pudieron percibir buenas vibraciones. España quiere jugar intensamente en defensa, con transiciones lo más rápidas posibles y sin excesivas trabas para que cada jugador pueda tornar sus propias decisiones. Ver a los bases llevar el balón a zona ofensiva a toda velocidad es una declaración de intenciones. La debilidad defensiva de los ucranios fue aprovechada para mostrar una buena fluidez en los sistemas. En el debe, dio la impresión que a este equipo le falta una buena relación de kilos y centímetros en su juego interior.
Quinteto básico. Con Lolo Sáinz en el banquillo, la titularidad es más que significativa. En su primer encuentro puso en cancha a Rafa Jofresa, Herreros, Smith, Reyes y Dueñas. Hasta el minuto 11 no introdujo ningún cambio.
¿Dónde está la afición? Lo decía Alfred Julbe, entrenador de Joventut, antes del inicio del partido: "Hay que hacer algo más que ganar". El desolador aspecto de las gradas lo recomendaba. No se recuerda un debú del equipo anfitrión en un Europeo más desangelado de público. No es más que el reflejo de la situación que vive el baloncesto español.
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