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INSTITUCIONES

La junta gestora pide que los socios coticen en mano

Vuelta al más tradicional de los sistemas. La junta gestora que tomó el poder en el Ateneo de Madrid hace dos semanas ha remitido una carta a los 4.400 socios de la entidad, donde les pide que no satisfagan sus cuotas por transferencia bancaria, sino en la propia institución. Allí, el gerente les hace entrega de un recibí y deposita el dinero en una caja fuerte. Los nuevos dirigentes pretenden así burlar el bloqueo de la cuenta bancaria ateneísta, ordenado por la junta de gobierno saliente.El Ateneo anda necesitado de dinero para sus gastos corrientes. Y la nueva junta, que dijo haber accedido al poder con el único objetivo de convocar elecciones, está dispuesta a conseguirlo. "El aire acondicionado, por ejemplo, está estropeado y su reparación cuesta 450.000 pesetas", apuntó su secretario, Íñigo Ortiz de Urbina. Un portavoz de este sector aseguró ayer que la respuesta de los socios era "notable", y que algunos adelantaron sus aportaciones del próximo trimestre.

Paralelamente, la actual directiva lleva varios días de gestiones para convencer al Banco Exterior de que desbloquee la cuenta. "Estamos a la espera de las subvenciones del Ministerio de Cultura y de la Comunidad de Madrid, y ese dinero debe llegar a una cuenta segura. La actual no lo es, porque a ella tienen acceso tres personas", agregó el portavoz, en alusión a Paulino García Partida, Juan Iglesias y Beatriz Entenza, presidente y secretarios, respectivamente, de la junta derrocada. Juan Iglesias definió ayer la recaudación de fondos en el propio Ateneo como "una maniobra a tumba abierta por parte de unos señores que están enloquecidos". El ex secretario de la entidad insistió en que sus sucesores "no hicieron las cosas como es debido, desde la legalidad", y subrayó: "Cualquier mindundi que se reúne en un rincón no puede erigirse en junta gestora".

La junta de gobierno también ha decidido enviar una carta a los ateneístas explicando su confianza "en la acción de la justicia" y apuntando una confesión: "La crisis nos pilló de sorpresa; no pensamos que fueran a llegar tan lejos". La guerra en el Ateneo Científico, Artístico y Literario entra en fase epistolar.

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