Una gran mayoría piensa que la retirada política de Felipe González es sólo temporal
Volverá a la política y volverá a competir por la presidencia del Gobierno, según la mayoría. La retirada de Felipe González como secretario general del PSOE concita un juicio claramente aprobatorio entre los ciudadanos, e incluso logra con ella que su imagen pública alcance hoy uno de sus puntos más altos; pero mayoritariamente se cree que se trata de una renuncia temporal y que González además acabará siendo candidato en la próxima ocasión. Es el resultado de un sondeo flash para EL PAÍS elaborado ayer por Demoscopia entre 800 entrevistados. Hay tantos que desean que Felipe González se presente a unas próximas elecciones generales como contrarios a esa posibilidad.
Más de la mitad de los entrevistados conocían ya ayer el nombre de Joaquín Almunia como nuevo secretario general del PSOE. La puntuación que recibe el nuevo líder se puede considerar claramente positiva, aunque sólo dos tercios de los entrevistados lo puntúan. También. mejora sensiblemente, aunque no alcanza el nivel simbólico del aprobado, la calificación que merece Alfonso Guerra, que en este 34º congreso socialista ha dejado la vicesecretaría general.Uno de cada cuatro entrevistados ha seguido con mucho o bastante interés las noticias del congreso del PSOE; el 63% lo ha seguido con poco o ningún interés, y un 12% manifiesta un interés moderado. El anterior cónclave socialista, celebrado en 1988, sólo lo siguieron con mucho o bastante interés uno de cada diez consultados. Esto es un claro indicio de que la renuncia por sorpresa de Felipe González, al comienzo mismo de la primera jornada, congregó la atención de los españoles.
"Debéis saber que yo no seré candidato a la secretaría general". Estas palabras, detonante del alboroto que presidió las tres jornadas del congreso, suponen una decisión que le parece bien al 56% de los consultados pensando en los intereses de la política española, y sólo al 45% si se tiene en cuenta sólo los intereses del partido. No obstante, en ambos casos el juicio aprobatorio es claramente superior al de rechazo: 22% de cara a la política española, y 31% con vistas a los intereses del PSOE.
Una decisión acertada
Los propios votantes del partido socialista enjuician favorablemente la decisión de González en referencia a la política española (51%) y, aunque en menor medida (46%), también en la perspectiva de los intereses al partido que votaron. Entre los electores del PP los juicios aprobatorios son aún más frecuentes (70% ante la política general y 51 % con vistas a los intereses del partido socialista).Existe, por otra parte, una decantación muy nítida de la opinión en el sentido de considerar la retirada de González como temporal (70% del total de entrevistados, 75% de los votantes del PSOE y 74% de los votantes del PP).
En cambio, la opinión está mucho más dividida (y condicionada por el comportamiento electoral) en cuanto a la preferencia de que González vuelva a encabezar el cartel del PSOE. Desean que así suceda un 41%, frente a un 40% que no lo quiere. Estos porcentajes entre los votantes socialistas son el 84% y el 9%, respectivamente, mientras que entre los del PP aparece la pauta contraria (16% a favor y 70% en contra). Por su parte, hay más españoles que creen probable que González se presente (43%) que los que opinan que no se presentará (34%), si bien en este aspecto hay más consultados incapaces de aventurar un pronóstico (23%) que en la pregunta anterior.
Como consecuencia de su retirada, la valoración pública de González parece haber mejorado espectacularmente. En la escala habitual de 0 a 10, obtiene el 6,5, una valoración de la que sólo existen precedentes al hilo de su masiva victoria electoral de 1982. Esta mejora se produce entre todos los electorados, incluidos los votantes del PP, que por primera vez le otorgan una valoración superior al 5 (5,3).
Aunque en un tono menor, también Alfonso Guerra ve claramente mejorada su valoración respecto a la muy disminuida de los últimos años. Obtiene un 4,4, que se eleva al 6,1 entre los votantes del PSOE.
Veinticuatro horas después de su elección, más de la mitad de los entrevistados conocían el nombre de Joaquín Almunia como nuevo secretario general del PSOE. En efecto, el 55% menciona espontáneamente su nombre, frente a un 2% que dice algún nombre equivocado, y el resto no sabe.
Aunque le valoran algunos encuestados menos que a Felipe González y Guerra, la primera calificación de Almunia es claramente positiva: 5,6 en el conjunto, que se eleva hasta el 6,9 entre los votantes del PSOE. Incluso entre los votantes del PP alcanza el valor simbólico del 5.
En relación con las consecuencias del congreso, hay una opinión claramente fragmentada. Un 33% piensa que con estos cambios el partido socialista sale debilitado, un 27% opina que sale reforzado, y para un 22% los cambios no se notarán en ningún sentido.
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