El Gobierno alemán y el Bundesbank acuerdan revaluar sus reservas de divisas
El presidente del Bundesbank, Hans Tietmeyer, y el ministro de Hacienda, Theo Waigel, anunciaron ayer un acuerdo para revalorizar las reservas de divisas del banco en 1997. Las plusvalías resultantes, unos 10.000 millones de marcos (845.000 millones de pesetas), no podrán utilizarse hasta 1998, pero ayudarán a que ese año el déficit alemán se coloque por debajo del 3% del producto interior bruto (PIB), ya que suponen en torno a 0,25 puntos del PIB. Alemania podrá cumplir así la "tendencia descendente" que recoge Maastricht para los criterios fiscales. Este compromiso cierra el mayor conflicto habido jamás entre Francfort y Bonn y que ha puesto contra las cuerdas al Gobierno.
Según el comunicado conjunto que emitieron ayer el Ministerio de Finanzas y el presidente del Bundesbank, el banco emisor utilizará el margen que prevé el Tratado de Maastricht para revaluar las reservas de divisas en 1997. Ello posibilitará que la revalorización se aproxime un poco más a los precios del mercado y "mantenga al mismo tiempo el principio de mínimo valor" contable que el banco central siempre ha defendido para sus reservas.Aunque no se especifica cuál será el nivel de revalorización, los expertos estiman que Francfort empleará un tipo de cambio que oscila entre 1,50 y 1,60 marcos. Actualmente las divisas, en su mayoría dólares, están valoradas al nivel más bajo de su historia, a 1,36 marcos. El dólar cotizó ayer a casi 1,73 marcos.
Las divisas del Bundesbank ascienden a 72.000 millones de marcos, por lo que se estima que en total el banco emisor germano tiene depositados unos 50.000 millones de dólares. Las plusvalías de esta operación contable oscilarán entre 7.500 y 13.000 millones de marcos, según el nivel que finalmente se utilice para revalorizar.
Como especifica el acuerdo, los beneficios de esta nueva contabilización no revertirán en el presupuesto federal, sino que se destinarán al "fondo de amortización de la deuda heredada" de la extinta República Democrática de Alemania (RDA). Repercutirá directamente, sin embargo, en la deuda de Alemania que hoy se sitúa en torno al 61% del PIB y en el déficit, que en 1997 el Gobierno prevé llegue al 2,9% del PIB, aunque la OCDE calcula que sobrepasará en dos décimas el nivel de referencia del 3% que recoge Maastricht.
Cumplir con Maastricht
Como señalaron fuentes oficiales, la revalorización permitirá, por tanto, que Alemania rebaje su déficit en 1998 por debajo del 3% del PIB, marcando así la tendencia descendente que estipula el tratado. "Hemos encontrado un acuerdo que, además de ser bueno, es sólido", declaró Tietmeyer tras su encuentro con Waigel, el segundo que ha mantenido de forma oficial para intentar resolver este problema que ha causado un gran deterioro en la coalición cristiano liberal de Helmut Kohl.El comunicado de Waigel y Tietmeyer nada dice sobre la revalorización de las reservas de oro. Pero ésta podría llevarse a cabo el 1 de enero de 1999, conforme a los planes del futuro Banco Central Europeo, según señaló la agencia alemana de prensa.
Precisamente fue la intención por parte del Gobierno federal de revalorizar las reservas de oro las que originaron el conflicto entre Bonn y Francfort. El Bundesbank calificó de "injerencia" y "ataque a la independencia" del banco emisor la pretensión de Kohl y Waigel de usar las plusvalías para cubrir los múltiples agujeros del presupuesto federal.La confrontación entre el Buba y el Ministerio de Hacienda llevó a la oposición en bloque a pedir la dimisión de Waigel. En uno de los debates parlamentarios más duros de la última década, socialdemócratas y verdes, sobre todo, acusaron al Gobierno de Helmut Kohl de haber jugado con el prestigio internacional de Alemania . Las críticas que los planes de Kohl recibieron a nivel interno y en el exterior, obligaron a Kohl a echar marcha atrás Waigel se vio obligado a anunciar que empezaría una negociación con el Bundesbank.Aunque la coalición cristiano liberal que gobierna en Bonn cerró filas en torno a Waigel y evitó su dimisión, las críticas estallaron también de manera abierta en la propia coalición e incluso en el partido de Waigel, el CSU. Varios miembros de su grupo le reprocharon su torpe actuación.
Y es que los expertos financieros y numerosos políticos acusaron a Waigel de predicar rigor presupuestario y, al mismo tiempo, recurrir a las "operaciones de maquillaje contable" que tanto ha criticado a otros socios comunitarios.
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