Llaneras reconoce que recomendó a dos empresarios que obtuvieron 4.509 millones

La mordida por obras también tiene su ley y al parecer la puntualidad es un requisito indispensable. Las constructoras de cuarteles de la Guardia Civil durante la etapa de Luis Roldán pagaron sus millonarias comisiones ilegales en la misma fecha en la que el general Manuel Llaneras, ex responsable de obras del Cuerpo, formulaba la propuesta de gasto correspondiente. Llaneras reconoció ayer que recomendó a dos constructores con los que estaba asociado.El general Llaneras hizo una carrera fulgurante a la sombra del primer director socialista en la historia de la Guardia Civil. En un breve espacio de tiempo ascendió de teniente coronel a general y Roldán le confió el servicio de Acuartelamiento (obras) y luego la subdirección de apoyo de la que dependían todas las compras y suministros del instituto.

-¿Cómo me explica usted que la constructora Aspica pagara una comisión ilegal por el cuartel de Mombuey (Zamora) el mismo día en que usted formuló la propuesta de gasto?, le preguntó el fiscal.

- No quiero ser maleducado, pero no tengo ni la menor idea. Quizás pudo haber una filtración, contestó impávido el general.

- ¿Y cómo se entiende que Huarte pagara el 2% y el 3% de comisión por los cuarteles de Teruel, La Coruña y San Andrés de la Barca (Barcelona) con anterioridad a que usted formulara la propuesta de gasto de esas obras?

- Si yo tengo constancia de eso me voy al juzgado de guardia.

Llaneras dijo que no se enteró que las constructoras agraciadas pagaban las comisiones antes de que se les adjudicara la obra. Lo único que la acusación arrancó al general de confianza de Roldán es que "a lo mejor se filtraban" a la empresa adjudicataria la cantidad por la que estaban pujando las demás. Unas pujas que, según su testimonio, llegaban en sobres lacrados que se abrían en una reunión a la que asistía el propio Roldán.

2.000 vehículos

Llaneras, acusado de prevaricación y tráfico de influencias, reconoció al tribunal que recomendó a Roldán a las constructoras de sus amigos y socios José Salido Chimeno y Antonio Pinal Gil, dueños de las constructoras Salido S.A. y Brues S.A. La primera consiguió obras por 2.166 millones y la segunda por 2.343. Llaneras era socio de Salido en Autoval y Futurauto, empresas dedicadas a la venta de Volkswagen, Audi y Citroën. Durante su mandato intervino en la compra de 2.000 vehículos Citroën y Nissan para la Guardia Civil, empresas que presuntamente pagaron comisiones que se investigan en Francia.Pero los negocios del general no terminaban ahí. Fue también consejero de la sociedad Mucha Felicidad S.A., cuyo presidente fue Pinal, un ex militante socialista que estuvo a punto de ocupar la gerencia de la PSV. Pinal es hijo de uno de los 28 fundadores que en 1926 crearon el partido comunista cubano y, según asegura, su familia huyó de La Habana y se trasladó a Brues (Galicia).

El matrimonio Pinal invitó a Teresa González Peña, segunda esposa de Llaneras, a un viaje a Cuba y en otra ocasión fueron juntos a Buenos Aires. En este viaje, el general coincidió en el avión con Gustavo Suárez Pertierra, entonces ministro de Educación. El ex ministro viajaba en turista y el general, que también era consejero de Panasonic, en primera clase.