Calderón dice que la información del Cesid es secreta aunque no lleve sello
El director del Cesid, Javier Calderón, echó ayer un jarro de agua fría sobre el defensor de Perote, Jesús Santaella, que le había citado como testigo. Frente a la insistencia del letrado en que los documentos sustraídos no llevaban el sello de Secreto, Calderón advirtió que lo que está clasificado no son los papeles, sino la información, y por eso los agentes están obligados a guardar reserva de por vida sobre lo que hayan conocido en el centro.
Calderón apeló al sentido común para desmontar una de las tesis de la defensa: que los documentos que se llevó Perote del Cesid no estaban legalmente clasificados, ya que no tenían los sellos y signos distintivos que los identificaran -como tales.El responsable del servicio secreto explicó que estos signos sólo figuran en aquellos informes destinados a salir del Cesid, pero no en los de uso exclusivamente interno. En el caso de Perote, se trataba de las notas de sus despachos con el entonces director, Emilio Alonso Manglano, por lo que eran documentos de trabajo, no definitivos.
La ausencia de sellos, explicó, no significa que puedan ser revelados, ya que el deber de reserva no se limita a los papeles, sino a todos aquellos extremos que los miembros del Cesid conozcan en su condición de tales y que no pueden revelar, ni siquiera verbalmente, incluso después de abandonar el centro. Calderón ironizó, según fuentes próximas al tribunal, diciendo que los ex agentes llevan un sello de secreto grabado sobre su memoria.
De hecho, Calderón, al igual que hizo el viernes su antecesor en el cargo, el general Félix Miranda, presentó al tribunal un escrito del ministro de Defensa, Eduardo Serra, que le eximía del deber de reserva para contestar a las preguntas de las partes.
Calderón también coincidió con Miranda en que, debido a que Perote destruyó los originales y retuvo las microfichas durante dos meses, no podía acreditar su autenticidad. Agregó, no obstante, que aunque la manipulación de las microfichas es posible, resulta técnicamente difícil.Santaella preguntó también a Calderón si, tal como publicó EL PAÍS el pasado sábado, Perote fue expulsado del Cesid tras una investigación interna por corrupción y tráfico de influencias, realizada entre abril y agosto de 1991. "No me consta", fue la respuesta del director, quien reiteró la versión oficial, según la cual el jefe de la Agrupación Operativa salió del Cesid cuando ascendió a coronel y no fue confirmado en el cargo, en noviembre de 1991.
Tras la declaración de Calderón, que se prolongó por espacio de algo más de una hora, siguieron los restantes testigos de la defensa. La jornada de hoy se dedicará, probablemente, a la audición de las intervenciones telefónicas autorizadas por el juez militar a un hermano de Perote, también coronel en la reserva, que no dieron resultado alguno.
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