Corcuera y Rodríguez Ibarra defendieron ante González la permanencia de Guerra
El ex ministro del Interior José Luis Corcuera ha comprobado que las cosas han cambiado mucho en la familia socialista en los tres últimos años. Corcuera, que contribuyó en el anterior congreso del PSOE a que hubiera cierta integración entre guerristas y renovadores, se entrevistó hace tres semanas con Felipe González, acompañado por el presidente extremeño, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, para llevar al ánimo del secretario general la idoneidad de que Alfonso Guerra continúe en la vicesecretaría.
Hubo poco más que hablar ya que Felipe González les aseguró que no iba a participar en la elaboración de la ejecutiva y, por tanto, no propondría nombre alguno. Pero la batalla sigue, porque esta situación les ha dado pie a los guerristas a defender a su líder con el argumento de que no les consta que su secretario general quiera prescindir de él.En los prolegómenos del 33º congreso, celebrado hace algo más de tres años, José Luis Corcuera desempeñó un papel destacado como mediador entre guerristas y renovadores al gozar de la confianza y afecto de Felipe González y, al tiempo, sentirse cercano de los guerristas. Su mediación representó lo que en el lenguaje de entonces se denominaba "tercera vía". Ahora va a resultar imposible.
Cuando trascendió que la mayoría de los secretarios regionales se manifestaban en contra de mantener la vicesecretaría general y, por tanto, contrarios a que continúe Guerra, el ex ministro del Interior, junto a Juan Carlos Rodríguez Ibarra, decidió entrevistarse con Felipe González.
La conversación no dio mucho de sí en cuanto a estos asuntos porque el líder del PSOE les dijo que voluntariamente deseaba mantenerse alejado de la elaboración de la ejecutiva y que cualquier equipo que aprobara el congreso le parecería bien, según informan personas que conocen lo que allí ocurrió.
Felipe González, según se van conociendo distintos testimonios, es evidente que ha, decidido decir lo mismo tanto pública como privadamente. Hace ocho días en Malmoe (Suecia) comentó que no iba a interferir en la elaboración de la nueva ejecutiva porque se siente agobiado por el exceso de personalización en el PSOE.
Con idéntica seriedad se manifestó el pasado miércoles en el Congreso de los Diputados en el curso de una conversación con el ex dirigente del PCE Santiago Carrillo. Según distintas fuentes, Carrillo indicó a González su cierta perplejidad por el hecho de que se planteara la salida de Guerra con el consiguiente lío interno. Con toda seriedad, el líder del PSOE le aseguró que no tenía nada que ver en el asunto.
El silencio del líder
Este silencio de González sobre el futuro de Guerra y, en general, sobre los avatares que se produzcan para la formación de la nueva comisión ejecutiva federal, está viniendo bien tanto para la mayoría renovadora como para la minoría guerrista. Algún partidario de Alfonso Guerra se vería ya en estos momentos en una situación comprometida si escuchara a Felipe González decir que no es partidario de que continúe Guerra. Algunos se sienten muy liberados de que no haya ocurrido así. El presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, ha dicho a los suyos que se siente "libre" para defender a Guerra y en absoluto desleal con el secretario general.Ayer mismo, la delegación extremeña al Congreso socialista le dio carta blanca para que actúe con entera libertad, según aseguró el portavoz de la ejecutiva regional, Federico Suárez.
Lo único que se sabe de los gustos de González sobre la nueva ejecutiva tiene que ver con la necesidad de que se reduzca casi a la mitad, en relación con los 36 componentes actuales, que el 40% sean mujeres y que, como resultado final, haya un 50% de renovación.
De todo ello hablarán por penúltima vez este lunes los secretarios regionales convocados por el secretario de organización, Ciprià Ciscar. De nuevo, habrá ronda para ver cuántos de ellos siguen defendiendo la supresión de la vicesecretaría general. La pasada semana la conclusión fue 14 a favor frente a tres en contra. También de una vez por todas debe decidirse si están de acuerdo en crear un consejo político federal que les albergue en tanto son secretarios regionales.
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