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El Ejército turco incrementa su presión sobre el Gobierno islamista de Erbakan

El cerco al Gobierno de mayoría islamista en Turquía continúa cerrándose bajo la iniciativa del Ejército. Tras acusar al Gobierno de haberle negado fondos para la guerra en el sureste, lo que equivale a una acusación de alta traición, el domingo el alto mando militar desmintió radicalmente unas manifestaciones del primer ministro, Necmettin Erbakan, que sugerían la conclusión de la campaña contra la guerrilla kurda en el norte de Irak.

Sin duda bajo la influencia de este nuevo aumento de la presión sobre el primer ministro Erbakan y su socia de coalición, la ministra de Asuntos Exteriores, Tansu Çiller, ayer se evaporaba una de las últimas posibilidades del Gobierno de recuperar una mayoría parlamentaria. El Partido de la Gran Unidad (PBB), de extrema derecha, al que Erbakan y Çiller habían ofrecido entrar en la coalición con sus ocho diputados, anunció ayer que "Ias conversaciones están rotas y no hay posibilidad alguna de que el BBP entre en el Gobierno".En medios de Ankara y Estambul se extiende la convicción de que el Ejército está prácticamente al límite de su paciencia ante las maniobras de todo tipo que han emprendido Erbakan y Çiller para evitar la creación de un Gobierno interino que prepare las elecciones generales anticipadas. El Gobierno de coalición entre el islamista Refah y el Partido de la Recta Vía se halla totalmente paralizado.

En esta situación de parálisis institucional, reveses en la guerra contra la guerrilla kurda y ambiente general de crisis y creciente alarma, el Ejército y todos los partidos de la oposición parecen decididos a acabar con la coalición antes de final de mes e impedir a toda costa que Erbakan y Çiller realicen su proyectado relevo en la jefatura del Gobierno. Todo indica que el jefe del Estado, Suleimán Demirel, comparte esta postura.

La acusación del Ejército al Gobierno de negarle el dinero necesario para la guerra en el sureste es muy grave y aunque el Gobierno ha intentado desmentirlo aludiendo a malentendidos, el alto mando militar no ha hecho sino ratificarse. Esta acusación llega en un momento de especial sensibilización de la opinión pública tras revelarse que la pérdida de dos helicópteros en Irak del norte, uno de ellos con gran parte de los mandos militares de la intervención, no se debió a accidentes como se intentó hacer creer en un principio sino a que fueron alcanzados con misiles tierra-aire por las fuerzas guerrilleras kurdas del PKK. La acusación de no prestar el suficiente apoyo a las Fuerzas Armadas que combaten a la guerrilla turca y cuyas bajas, en continuo e interminable goteo, son consideradas oficialmente como "mártires", alimenta la tesis de que el partido islamista del primer ministro Erbakan conspira con los peores enemigos de la república turca.

Es también evidente que tras la acusación al Gobierno islamista hay un intento del Ejército de ocultar estos reveses después de haber proclamado durante semanas el éxito de la operación en el país vecino. El desmentido del mando militar al anuncio de Erbakan del fin de la campaña en Irak no ha sido una sorpresa aunque se mantiene la incógnita sobre la intención del primer ministro al anunciar el final de una operación sobre la que no tiene influencia alguna. Entre la clase política turca es un secreto a voces que el Ejército turco no informó a Erbakan sobre el inicio de la campaña.

Ayer, Mesut Yilmaz, el líder del Partido de la Madre Patria, de centro-derecha, anunció que "si el Gobierno sigue con estos trucos para autoprotegerse presentaremos una moción de censura la próxima semana en el Parlamento". Sin el apoyo del BBP, el actual Gobierno no podría superar tal moción de censura. Yilmaz pidió, como piden sin decirlo el Ejército y los partidos de la izquierda democrática, un Gobierno de transición que lleve a cabo la reforma de las leyes electorales antes de la convocatoria de nuevas elecciones. Erbakan y Çiller disienten respecto a la fecha de los comicios pero están unidos en su interés por llegar a los mismos en el Gobierno. Sus posibilidades de tener éxito parecen ya mínimas.

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