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El techado de la N-VI se acorta un 40% para no tapar casas de Las Rozas.

Vicente G. Olaya

La N-VI, a la altura de Las Rozas (45.350 habitantes), tendrá techo, pero de menos longitud del previsto. El Ayuntamiento ha decidido reducir en un 40% los 750 metros de recubrimiento de la autovía, que parte en dos el casco urbano, debido a los problemas técnicos descubiertos a última hora por el alcalde de la localidad, Bonifacio de Santiago, del PP.Si se realizase el proyecto, varias casas quedarían tapadas por el hormigón a la altura del segundo piso. Por eso, los 750 metros de autovía que se querían techar con un forjado de cemento, para crear una superficie urbanizable de 16.000 metros cuadrados sobre la carretera de A Coruña, se han quedado ahora en unos 400 metros.

"Tal y como estaba redactado el proyecto era imposible llevarlo a cabo si queríamos mantener la calidad residencial de las zonas que se encuentran a ambos lados de la N-VI", reconoció ayer De Santiago. "Hemos encargado un nuevo proyecto", añadió. El alcalde se dio cuenta de los problemas de esta obra después de que el Ministerio de Fomento destinase, el pasado agosto, 1.072 millones de pesetas para el posterior desarrollo de los trabajos. De Santiago bromeó ayer: "Bueno, ahora les saldrá más barato, porque la cubierta es más pequeña".

En julio de 1995, nada más llegar al gobierno, De Santiago presentó uno de los proyectos vecinales más deseados: recubrir la N-VI. Con esta operación se lograba unir las dos orillas del casco urbano. Sobre el techado se levantaría una rotonda, jardines, un intercambiador de transportes..., y los vecinos podrían pasar andando o en coche de un lado a otro sin notar que por debajo pasaba la autovía. Se llegó, incluso, a organizar un concurso entre el vecindario para que decidiese qué tipo de ornamentación debía colocarse sobre el terreno ganado a. la autovía. Ahora, todo está en el aire.

A la baja

El proyecto ha quedado suspendido a la espera de que se termine un nuevo estudio para cubrir la autovía.

El segundo proyecto todavía no está acabado. De Santiago reconoce que, por tanto, las obras han quedado suspendidas antes de empezar y que el presupuesto tendrá que ser completamente modificado. "Pero a la baja, lo cual no es tan malo", sonríe.Ésta no es la primera vez que el recubrimiento de la autovía se encuentra con un obstáculo. En septiembre de 1995, cuando el alcalde presentó a los medios de comunicación una maqueta de cartón del proyecto, los periodistas lo destrozaron con sus preguntas. Descubrieron que había que derribar edificaciones para llevar a cabo las obras y que los giros de tráfico previstos resultaban insuficientes para las necesidades de la zona. El alcalde, que se dio cuenta de las imperfecciones de la maqueta, terminó respondiendo: "Y yo qué sé por dónde cruzarán los peatones. Pondremos un semáforo o un stop. Esto se sacará como sea, porque es un gran proyecto. Me gustaría que la plaza se llamase de Juan Carlos I".

Ahora, la plaza no se construirá tal y como estaba proyectada: era demasiado grande.

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Sobre la firma

Vicente G. Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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