Poca actividad ofensiva
Los cambios. Media hora tardó el equipo español en meterse en el partido, justo el tiempo que necesitó Clemente para darse cuenta de los problemas que estaba teniendo Amavisca para tapar su banda y la falta de presencia de Fernando Hierro en el centro del campo. Alkorta se ocupó del lateral dejando su puesto al central madridista y Amavisca adelantó su posición. El cambio fue sustancial.Actitud ofensiva. Quizá sorprendidos por la actitud del equipo checo, la selección española pasó auténticos apuros ' en la primera mitad hasta que Clemente efectuó los cambios. Conscientes de que el empate de poco les servía, plantearon el encuentro con bastante predisposición, atacante, aunque los repliegues tras perder el balón se efectuaban a gran velocidad. Aprovecharon la debilidad defensiva de la banda izquierda para llevar casi todo el peligro.
Sin conexión. Guardiola tuvo muchas dificultades para hacer transitar el balón en el medio campo. Ni Raúl ni Alfonso pudieron conectar con el organizador del equipo español, y como consecuencia, Kiko pasó prácticamente desapercibido. La entrada de Urzaiz ofreció alguna posibilidad más, pero ya el equipo español estaba cansado y se preocupó más de defender el gol.
Solidez. Desde el comienzo de la segunda mitad el equipo checo adelantó la presión al campo español intentando robar el balón más cerca de las zonas de peligro sin llegar en ningún caso a inquietar a Zubizarreta. De esto tuvo mucho la culpa la línea defensiva, que se mostró muy concentrada y sólida, en especial Hierro que además estuvo insuperable en el juego aéreo.
Victoria importante. El equipo español demostró muy poca actividad ofensiva durante todo el encuentro. Las contras fueron su única opción. Afortunadamente, el árbitro escocés, impecable en los 90 minutos, facilitó la victoria señalando un penalti inexistente sobre Alfonso. Con el triunfo de Yugoslavia sobre Eslovaquia estos tres puntos adquieren una importancia casi definitiva.
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