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Un guardia civil se suicida en Granada tras matar a su esposa y a uno de sus hijos

A. F. P., un guardia civil de 51 años adscrito a la Comandancia de Granada, acabó ayer por la tarde a tiros con la vida de su esposa, M. C. M., de 42 años, y uno de sus hijos, A. F. C., de 20 años, después de una fuerte discusión familiar. El funcionario, que hirió grave mente a otra hija suya, de 21 años, se suicidó después de disparar contra los miembros de su familia.

Antes de llevar a cabo su acción, el agente sacó de la vivienda a su hijo menor, de seis años, a quien llevó a casa de unos vecinos. La esposa y el hijo varón murieron al instante. La muchacha, con cuatro impactos de bala, fue trasladada en grave estado a un hospital de Granada donde fue intervenida quirúrgicamente.Habían pasado quince minutos de las cuatro de la tarde cuando los vecinos de A. F. P. escucharon ruidos de disparos y luego gritos de auxilio de una mujer en la escalera. Cuando acudieron al quinto piso encontraron a la hija del agente caída en un charco de sangre pero aún consciente. En el interior del piso yacían cosidos, a balazos los cuerpos de M. C. M., la esposa del guardia y del mayor de los hijos de ambos. Junto a ellos estaba tendido el cadáver del guardia civil.

La familia ocupaba un piso en un inmueble de la calle Pintor Isidoro Marín, situado en uno de los pocos barrios del norte de Granada que las crónicas de sucesos no califican como marginal. Se trata de varias manzanas de bloques de viviendas donde residen funcionarios del cuerpos de Policía, de la Guardia Civil y otros de la universidad de Granada.

Las disputas familiares en casa de A.F.P. eran habituales. El matrimonio, según algunos testimonios, estaba tramitando la separación. Ayer por la tarde, A.F.P. regresó de su trabajo para tomar el almuerzo. Posiblemente la familia se enzarzó en alguna nueva disputa. Entonces el agente decidió acabar a tiros con la situación. Antes cogió al menor de sus hijos, le compró una chuchería y lo dejó al cuidado de un compañero del instituto armado. Después buscó sus dos armas, la reglamentaria y otra particular, y se dirigió al salón. Primero acribilló a su mujer, luego al hijo, después a la hija y por último acabó consigo mismo.

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