Cateados en sus labores

Las faenas de la casa siguen siendo un asunto de mujeres. Y muy pocos hombres, incluidos los universitarios, reconocen sentir devoción por las cuestiones domésticas. Todo esto lo demuestra una encuesta elaborada por el departamento de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Autónoma (36.000 matriculados), en la que han participado un total de 1.285 estudiantes del campus de Cantoblanco. Según se desprende del estudio, algo más de la mitad de los universitarios viven en el hogar paterno. Fieles a la norma que impera en la mayoría de las familias -y siguiendo el ejemplo de algunos padres-, a lo más que llega la colaboración de los chicos en las tareas del hogar es a poner la mesa. Eso dice el 74% de los varones. En el caso de las mujeres, el 84% asegura que ayuda a colocar y a retirar los platos a la hora de las comidas.

También afirman los jóvenes de ahora estar dispuestos -al menos un 60%- a realizar lo que se podría calificar como "tareas propias". O lo que es lo mismo: prepararse su propio desayuno, recoger su habitación, su ropa sucia, hacerse su cama. Y para de contar. Porque cuando se trata de echar una mano a la familia ponen tierra por medio.

Como muestra, un dato: sólo el 18% de los universitarios varones asegura que friega los platos y pone el lavavajillas. El 43% de las chicas dice cumplir con esta tarea. Pero ahí no queda todo.

Si de lo que se trata es de barrer o fregar el suelo, el porcentaje disminuye a un 8%. En la cocina entra un 6% de los alumnos, y un l7% de la chicas prepara la comida. El resto se apunta al rancho familiar.El porcentaje baja a un 4% cuando la tarea encomendada es limpiar el cuarto de baño. El 25% de las chicas reconoce que a menudo colaboran en la limpieza de los sanitarios. La nota roza el cate en cuestiones tan complicadas como poner en marcha la lavadora: un 3% de los varones dice ocuparse de ello. Y el 30% asegura que tiende y descuelga la ropa limpia de la cuerda. El mismo porcentaje de chicos que pone la lavadora se apunta a planchar la ropa. En cambio, el l7% de las universitarias realiza habitualmente esta labor.Según este estudio, los sociólogo de la Autónoma llegan a una conclusión: "La participación de los jóvenes estudiantes en el proceso de redifinición de los roles familiares está condicionada por su sexo y por el tipo de tarea a desarrollar".

A lo que si están dispuestos los jóvenes -en eso superan según la encuesta a las chicas- es a sacar la basura (el 44% frente al 28% femenino). También se ocupan de hacer las pequeñas compras diarias: el 53% de los estudiantes se ocupa, por ejemplo, de comprar el pan.Con estos comportamientos en la mano, los autores de la encuesta justifican la queja de la gran mayoría de las madres, que aseguran ser las "esclavas de la casa". Y es precisamente esa escasa ayuda doméstica lo que origina la mayoría de los enfrentamientos entre padres e hijos: así lo asegura el 30% de los encuestados.