Niños criminales
Leo con gratitud y esperanza la voz de denuncia de Vicente Verdú, en su artículo Niños criminales, del 22 de mayo, sobre esta escuela primaria de la degeneración" que es la televisión.Soy maestro, y hace tiempo que aprendí a superar mi estupor cuando, al intentar evitar lo que parecía una pelea entre niños a la hora del recreo, éstos me contestaban: "Si no nos peleamos, estamos jugando a los power rangers", mientras continuaban tranquilamente dándose de mamporros a base de patadas y puñetazos. Es un simple ejemplo de esa influencia perversa de la televisión a la que alude Verdú en su artículo.
Es indudable la importancia de la función de los padres (fundamentalmente) e instituciones educativas en hacer que niños y niñas hagan un uso racional y constructivo de la televisión. Pero es necesario partir de una oferta televisiva con niveles mínimos de calidad, sobre todo en cuanto a los valores que puede transmitir. Por tanto, quiero, en primer lugar, incitar al Gobierno (o Gobiernos) a regular la oferta televisiva para niños y niñas, ya que la televisión, de acuerdo con las leyes del mercado, no lo hará por propia voluntad. En segundo lugar, quiero animar al autor, y a otros como él, a seguir denunciando la cuestión, aprovechando su privilegiada situación en los medios de comunicación, con el fin de concienciar a los padres del peligro de ser totalmente neutralizados por la televisión en el papel de educador de sus hijos, con las perniciosas consecuencias que ello supondría.-