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Tribuna:EL DEFENSOR DEL LECTOR
Tribuna
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EL PAÍS no publica cualquier anuncio

¿El PAÍS publica cualquier anuncio que se le presente?, pregunta y se pregunta a sí misma una lectora de Barcelona, Mercé Piqueras, a propósito del texto publicitario La cuarta atmósfera del planeta ha comenzado a tener actividad solar, publicado en la página 26 del periódico del pasado día 10 de mayo. La respuesta es no, aunque los lectores no pueden desconocer la vital importancia de los ingresos publicitarios para garantizar la viabilidad e independencia del periódico que compran ante acosos y presiones, nunca descartables, del poder. El PAÍS rechaza la publicidad que propugna la violencia, el sexismo, el racismo o la xenofobia y la que busca atacar o injuriar a personas e instituciones. Y, naturalmente, la que viola los principios, valores y derechos de la Constitución y la que no se atiene a los criterios de la Ley General de Publicidad.A veces sucede que se cuelan anuncios que no deben ser publicados. Ello se debe a que en esos supuestos no han funcionado como debían los mecanismos de control existentes sobré los textos de publicidad. En alguna ocasión, el director del periódico, que tiene derecho de veto sobre los textos publicitarios, no ha dudado en retirar anuncios que habían superado indebidamente esos mecanismos de control. ¿Es éste el caso del anuncio cuestionado por la lectora? El Defensor del Lector opina que no.

El anuncio, como reconoce la lectora, cumple las normas del Libro de estilo referentes al tratamiento de los textos publicitarios. Incluye en su cabecera el término publicidad y se diferencia tipográficamente de los textos informativos del periódico. Pero la queja de la lectora atañe a su contenido; es decir, a su carácter claramente paracientífico e incluso seudorreligioso. "Lo malo de este anuncio", dice, "es que se. ampara en el escudo de la ciencia. Utiliza una gran cantidad de términos científicos en un texto cuya finalidad parece religiosa o seudorreligiosa. Y eso puede llevar a engaño o llegar a desconcertar a quien no tenga suficientes conocimientos para poder advertir la falta de fundamento científico del escrito". Es cierto lo que dice la lectora: se trata de un anuncio de contenido paracientífíco, ciertamente incomprensible desde criterios de la lógica racional, pero amparado en las libertades de expresión, de pensamiento y de creencias. Tampoco incurre en ninguno de los supuestos legales de publicidad engañosa. Sólo quienes sientan curiosidad por esos temas o crean de antemano en ellos atenderán, en todo caso, el mensaje que pretende transmitir. Como sucede con aquellas personas que consideran creíbles las predicciones del horóscopo. El PMS publica a veces como anuncios mensajes políticos o religiosos de muy diverso signo, dentro de la tolerancia del diario por todas las ideas, incluso aquellas que no comparte editorialmente y que, como es lógico, tampoco tienen por qué compartir sus lectores.

Morena, ojos verdes...

Cuestión distinta es la que plantea el Correo llegado últimamente sobre aspectos diversos de los anuncios de relax. Algunos lectores se quejan de que estos anuncios se confundan a veces con las ofertas de trabajo o que aparezcan bajo la rúbrica de títulos o profesiones que no se corresponden en absoluto con el servicio que ofrecen. Que bajo la rúbrica de "azafata de vuelo", "enfermera" o "masajista" se ofrezca "morena, ojos verdes, sinceramente guapa, 110 de pechos, perfectos, piernas preciosas y apartamento discreto" no induce a engaño. Su posible receptor sabe muy bien el servicio que se ofrece, al margen de su envoltorio profesional. Pero puede ser una de las formas que la ley describe como publicidad desleal ("la que induce a confusión con las empresas, actividades, productos, nombres, así como la que haga uso injustificado de la denominación, siglas", artículo 6 de la Ley General de Publicidad). Tienen razón, pues, las 200 azafatas de vuelo y familiares que han señalado al Defensor del Lector la improcedencia del anuncio que ha ofrecido durante cierto tiempo los servicios de una señorita bajo el epígrafe "azafata de vuelo". Es posible que la anunciante tenga ese título, pero la cuestión es que no se ofrece como tal; es decir, para "servir a los pasajeros de un avión" como describe el Diccionario de la Real Academia Española -de manera ciertamente un tanto desfasada- el oficio de "azafata". A ello se debe que estas azafatas de vuelo y lectoras de EL PAÍS estén empeñadas en cambiar la denominación de azafata de vuelo por la de tripulante de cabina de pasajeros (TCP), más adecuada, a su juicio, al carácter mixto de los integrantes de la profesión y a sus cometidos como miembros de la tripulación de una aeronave.

También tiene razón, por los mismos motivos, Anne Sorel, que, en representación de un gran número de profesionales del sector de la estética y cosmética, pide que se eliminen aquellos anuncios que, "con contenidos engañosos de prostitución encubierta, aparecen bajo los epígrafes de estética, masajes o quiromasaje". "Con la fuerza que nos da el apoyo masivo del sector, pedimos que se controle y filtre escrupulosamente el contenido de los anuncios a fin de evitar esa confusión, y que aquellos anuncios que no provengan de profesionales cualificados del sector sean publicados bajo otros epígrafes como relax, contactos", señala muy acertadamente. El Defensor del Lector trasladó en su momento estas quejas y sugerencias al responsable del departamento de Publicidad del periódico, Ricardo Casillas. He aquí su respuesta:

1. Hace dos meses, y ante las quejas recibidas, se creó una nueva sección denominada Ofertas / Relax, dentro de Trabajo, para diferenciar los distintos tipos de ofertas que generaba esa sección.

2. Un problema parecido hemos tenido con las distintas rúbricas profesionales que aparecen en algunos anuncios de relax, ya que pueden herir la sensibilidad de algunas personas, que pueden ver su profesión relacionada con ese tipo de actividad. Para evitarlo hemos tomado la decisión de intentar eliminar aquellos anuncios que pueden afectar a profesiones no relacionadas con esta sección. Asimismo hemos creado la sección de Masajes para todos aquellos masajistas profesionales que, con la certificacion oportuna, acrediten esta actividad. Espero que nuestros lectores comprendan la dificultad que plantea seleccionar la gran cantidad de anuncios que llegan y colocar cada uno de ellos en la sección correspondiente.

El Defensor del Lector confía en que estas medidas satisfagan a los lectores y sirvan para reordenar de una manera más coherente y racional este espacio publicitario.

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