La prensa se rebela contra la prohibición de publicar sondeos
Las elecciones legislativas francesas han causado ya varias víctimas. Además de acabar con el primer ministro, Alain Juppé, y dañar seriamente al presidente, Jacques Chirac, han convertido en papel mojado la prohibición de publicar sondeos durante la semana previa a cada votación. La prensa ha criticado de forma casi unánime la "hipocresía" de una norma superada por la electrónica. Cualquiera con acceso a Internet o, mas simplemente, a la red telefónica Minitel, podía echar un vistazo a decenas de sondeos. Algunos periódicos han unido la rebelión a la denuncia y, arriesgándose a una multa máxima de 500.000 francos (12,5 millones de pesetas), han decidido incluir los sondeos en sus páginas.Abrió el fuego La République des Pyrenées, en vísperas de la primera vuelta. El viernes fue Le Parisien quien reprodujo el sondeo encargado por el diario suizo La Tribune de Geneve. Ayer, France Soir fue aún más lejos y reprodujo la evolución reflejada por distintos sondeos a lo largo de la semana. El objetivo, decía France Soir, era acabar con "una ley imbécil". El prestigioso vespertino Le Monde había calificado la ley de "inaplicable".
La prohibición de sondeos nació de una simple orden verbal emitida antes de las elecciones de 1974 por el entonces presidente en funciones, Alain Poher. Y acabó desembocando en un gran absurdo. Los cronistas bursátiles, por ejemplo, informaban sobre una caída de los valores franceses "a causa de las indicaciones de los últimos sondeos", pero se veían forzados a callar qué decían esos sondeos. Los electores han visto durante años cómo determinados estamentos (políticos, banqueros, empresarios, periodistas) barajaban decenas de sondeos, mientras a ellos se les ocultaba esa información. Esa discriminación parece condenada a morir.
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