Tres comerciantes se atrincheran en la vieja estación Sur

Todo está listo para el gran traslado: la nueva estación de autobuses de Méndez Álvaro, que sustituirá a la vieja de Palos de la Frontera, ya está terminada. Las compañías de autobuses preparan las líneas telefónicas y los ordenadores: el 6 de julio, todo deberá estar en marcha. Ese mismo día, la vieja estación Sur deberá quedar completamente vacía, a fin de que el Ayuntamiento pueda disponer del inmueble. Ése es el trato entre el municipio y la empresa que regenta el actual centro y regentará el nuevo de Méndez Álvaro. Pero hay un problema: de los 20 comerciantes de la estación, tres particularmente tozudos, que llevan ahí desde que la estación Sur se creó, en 1971, se niegan a aceptar las condiciones del traslado.Un estanquero, un pastelero y un vendedor de artículos de decoración no piensan abandonar su sitio de siempre, a no ser que la empresa concesionaria, Esansa, rebaje los alquileres del nuevo centro. "Nos lo multiplican casi por tres y no tienen derecho legal", dice Antonio Rodríguez, el pastelero. "Si es necesario, nos quedaremos los tres aquí, solos, hasta que se solucione el asunto", añade el comerciante, que está seguro de que si acepta las condiciones de Esansa tendrá que despedir a sus tres empleados. Los comerciantes, aseguran, guardan un poderoso as en la manga: si la empresa Esansa no cumple con el Ayuntamiento y no desaloja por completo la estación el 6 de julio tendrá que pagar multas o puede llegar a perdel la concesión. Esansa sice que llegará aun acuerdo en los próximos días. Y la presidenta de la Empresa Municipal Estación Sur de Autobuses, Soledad Sánchez Caro, mantiene que "la cosa no es tan simple". "Tendrían que ir a los tribunales", añade. Mientras, el tiempo pasa y los comerciantes siguen atrincherados. "Si cierran la estación, los clientes podrían entrar por la puerta de una de las tiendas, que da a la calle", dice Rodríguez.