Jospin anuncia que el resultado "asombrará a Europa"
El primer secretario socialista, Lionel Jospin, se ve ya como primer ministro. "Estamos a punto de provocar un acontecimiento que asombrará a Europa", afirmó, refiriéndose al resultado de las elecciones del próximo domingo, ante casi 10.000 entusiastas reunidos en la ciudad norteña de Lille para celebrar el gran mitin de cierre de campaña. Jospin subrayó que toda la izquierda, incluyendo socialistas, comunistas, ecologistas y radicales, estaba unida bajo su liderazgo. "Hemos trabajado dos años en esa unidad y hemos superado todos los obstáculos", dijo. Los asistentes al mitin de Lille esperaron casi cuatro horas a que llegara Jospin, retenido en París por una entrevista televisada, y estallaron en júbilo cuando subió al estrado. "En las presidenciales de 1995", les dijo, "nunca creí verdaderamente en la victoria. Esta vez, sí creo".Una multitud de periodistas y curiosos había seguido ayer a Jospin, dificultando las visitas que realizó a varios candidatos de la izquierda parisina. Jospin, pese al entusiasmo contenido de su entorno, procuró mostrarse prudente. Incluso en el mitin nocturno señaló que carecía de "soluciones para todo" y que lo esencial era "renovar la economía, renovar la democracia y renovar la sociedad".
En unas declaraciones al diario Sud-Ouest, el líder socialista ofreció algunas pistas sobre cómo sería su futuro gobierno: menos carteras, más mujeres y mucha cautela. Acerca de las convulsiones del bando conservador, el líder socialista se limitó a ironizar sobre la "reaparición apresurada del yugo barroco Séguin-Madelin". "La campaña de la Coalición Presidencial está marcada por la confusión y el desconcierto", declaró al diario Le Monde. Mientras la derecha cambiaba de mensaje, Jospin daba explicaciones sobre el suyo y adoptaba un tono de moderación. Acerca de la reducción dé la jornada laboral a. 35 horas semanales, dijo que no se trataba de "35 horas enseguida". "Hay que ser muy claro. Nosotros", explicó, "tenemos un proyecto para tres años, que comenzará con una ley-marco, y seguirá con una negociación entre los interlocutores sociales. En lo que concierne a los salarios, debemos plantearnos un aumento progresivo, una restauración del componente salarial, ahora demasiado débil dentro de la economía francesa". Todo debía hacerse, insistió, gradualmente: "No quiero una llamarada [como en 1981] que habría que apagar rápidamente con el agua fría del realismo y la desilusión". Jospin desmintió a quienes le habían acusado de oponerse a la unión monetaria. "Estamos a favor de la moneda única, desde el principio", dijo a Le Monde. Agregó que los comunistas, contrarios a Maastricht y al euro, deberían aceptar ese apartado si querían participar en el gobierno.
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