El PP aplica la ley del talión a CiU y la deja en minoría en el Parlamento catalán
Las relaciones entre el PP y CiU se complican día a día. Los conservadores aplicaron ayer la ley del talión a sus aliados en el parlamento catalán. Ojo por ojo, el PP votó en contra de los nacionalistas en la comisión de economía, donde les hizo, perder una votación y les forzó a cambiar de posición en otra para no ser derrotados de nuevo. De este modo, menos de 24 horas después de que los convergentes dejasen en minoría al PP en el congreso a propósito de la ley de parejas de hecho, el Partido Popular recordaba de palabra y de obra a ciu queya no tiene mayoría absoluta en Cataluña y que el apoyo que hasta ahora le ha venido prestando en el Parlament no es gratis, sino que exige correspondencia en el Congreso.
Por si alguien pretendiese ignorar la relación directa entre la votación de anteayer en el Congreso y la de ayer en el Parlamento catalán, el líder del PP de Cataluña, Alberto Fernández Díaz, envió ayer un mensaje inequívoco a CiU. Fernández tachó a los nacionalistas de "desleales" e "irresponsables", y subrayó que el episodio de ayer en el Parlament es un recordatorio de que CiU gobierna la Generalitat en minoría y "debe hacerlo desde el diálogo".El portavoz del PP en el Congreso, Luis de Grandes, dijo que la abstención convergente en la votación sobre la ley de parejas de hecho fue un "incumplimiento claro" de lo que habían pactado previamente ambas formaciones. De Grandes aseguró que el hecho de que los diputados de Unió no se abstuvieran es una prueba palpable de que Convergéncia incumplió el pacto de forma deliberada.
En términos similares se expresó el líder del PP en la Cámara catalana, Josep Curto, quien sugirió que nuevos desencuentros entre CIU y el PP en Madrid podrían acarrear nuevos alineamientos de los conservadores con el resto de la oposición catalana.
Hoy mismo, CiU y el PP podrían colocarse de nuevo en bandos contrarios en el Congreso, a la hora de votar la ley del fútbol. El diputado convergente Josep López de Lerma lamentó ayer la ausencia de acuerdo con el PP sobre este asunto y expresó su deseo de que el PP fuese capaz de negociar "hasta el último segundo" la enmienda de CiU, contraria a la retroactividad de la ley que pretende el Gobierno.
El alineamiento del PP con la oposición catalana frente a CiU registrado ayer en la comisión de Economía del Parlament permitió que saliera adelante una propuesta socialista que insta al Gobierno catalán a garantizar que las subvenciones públicas sean cobradas por los beneficiarios dentro de los tres meses siguientes a su concesión. En caso de retrasos superiores, la Administración autonómica deberá abonar intereses de demora.
Pero ésta no fue la única ocasión en que el PP votó contra CiU ayer en el Parlament. En un punto anterior de la misma sesión, los conservadores ya habían plantado cara' a sus aliados nacionalistas, pero la ausencia de algunos diputados de la oposición regaló la victoria a CiU. Los opositores recorrieron entonces los pasillos y los despachos de la Cámara hasta que lograron reunir efectivos suficientes para dejar en minoría a la mayoría nacionalista. Así propició el PP la derrota de CiU en la votación sobre los retrasos de las subvenciones públicas. Y del mismo modo aún obligó luego a los nacionalistas a cambiar el sentido de su voto en otro punto para evitar un nuevo revolcón parlamentario a manos del conjunto de la oposición.
En este último punto, el presidente del grupo parlamentario del PP, Josep Curto, se enzarzó en una áspera refriega verbal con el convergente Raimon Escudé. Éste puso en cuestión repetidamente y con su habitual causticidad la catalanidad del PP catalán. Curto se revolvió al instante. "Eso son collonades [majaderías]", masculló el diputado del PP desde su escaño. "Guárdese las coñas marineras para su casa y para su coalición, señor Escudé", prosiguió Curto. "Este Parlamento es muy serio para aguantar sus impertinencias. Debería usted incorporar un poco de serenidad y equilibrio a los debates en esta Cámara o atenerse a los acontecimientos que pudieran derivarse de sus palabras provocativas".
El consejero de Presidencia del Gobierno catalán, Xavier Trias, trató luego de quitar hierro a este episodio y desautorizó implícitamente el tono de Escudé.
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