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Un recogepelotas furtivo se ahoga en el lago de campo de golf de La Moraleja

Muerte en el hoyo 16. José Antonio Guzmán Molina, de 34 años y vecino de San Sebastián de los Reyes, falleció ahogado la pasada madrugada en uno de los lagos del campo de golf número dos de la urbanización de La Moraleja en Alcobendas (82.395 habitantes). La víctima ejercía de recogepelotas furtivo. Acompañado de tres amigos, se coló en el campo para rescatar del agua las bolas que pierden los jugadores. El plan era venderlas al día siguiente a la puerta del recinto a un precio de cien pesetas (nuevas cuestan entre 300 y 400 pesetas).Según la versión policial, los cuatro hombres se adentraron, a las dos de la madrugada, en el campo de golf tras haber pasado varias horas juntos en unos bares de Alcobendas. Para acceder a las instalaciones saltaron una valla de metro y medio. José Antonio, en estado ebrio, según la Policía, y otro de los amigos iniciaron la recolección de pelotas del estanque. El lago, de unas tres hectáreas, está situado entre el hoyo 15 y 16. A las tres de la madrugada los recogepelotas pedían ayuda a los vigilantes privados de las instalaciones. "Se nos ha perdido en el agua uno de los compañeros", advirtieron sobresaltados. Varios empleados del campo, guardas y los amigos de la víctima inspeccionaron la zona y buscaron, sin éxito, en el agua a José Antonio Guzmán, que sabía nadar perfectamente, según su familia. A las seis de la madrugada los responsables del campo avisaban a la Policía Nacional. Al estanque se desplazó una unidad de submarinismo de la Guardia Civil para llevar a cabo un rastreo minucioso del lago ovalado de unos 150 metros de largo y 50 de ancho, con una profundidad máxima de dos metros.

Los agentes encontraron el cuerpo sin vida de Guzmán a las once y media de la mañana. El juez de guardia de Madrid ordenó el levantamiento del cadáver al mediodía.

Empresa de mudanzas

Era la primera vez que la víctima iba al campo de golf para recoger bolas del lago

Según su familia, el fallecido tampoco tenía agobios económicos que le empujaran a entrar en la actividad. La víctima trabajaba desde el pasado mes de febrero en una empresa de mudanzas de San Sebastián de los Reyes. Vivía en esta localidad, en la avenida de Colmenar Viejo, con sus padres y su hermano.Los acompañantes de José Antonio declararon a la policía que éste se encontraba ebrio cuando se encaminaron hacia las instalaciones deportivas.

"Habíamos bebido juntos durante varias horas antes de marcharnos a por la pelotas", confesaron en la comisaría de Alcobendas, donde se investiga el accidente.

Esa misma versión fue facilitada por Rafael Silvela, el director del campo de golf de La Moraleja, inauguarado hace seis años y con una extensión de 76 hectáreas. "He hablado con los compañeros de la víctima y me han dicho que estaban un poco bebidos", dijo Silvela. "No se puede saber la causa exacta de la muerte, pero a lo mejor antes de morir ahogado sufrió algún ataque o algo que le hizo fallecer. El lugar donde apareció muerto no cubre mucho, y en ese estanque a lo sumo hay una profunidad de 1,80 metros", agregó.

E director del complejo, Rafael Silvela, aseguró que han hecho lo posible durante mucho tiempo para acabar con estos recogepelotas nocturnos. "Les hemos denunciado reiteradamente a las policías Municipal y Nacional. En varias ocasiones se les ha cogido vendiendo, pero los agentes nos dicen que no se puede hacer nada contra ellos por ejercer esa actividad".

Según Silvela, en el campo hay vigilancia nocturna: "Existen guardas jurados, pero es muy complicado controlar una extensión tan grande como la que tiene este campo de golf. Las vallas, además, son bastante altas, pero siempre se las apañan para saltarlas y pasar por encima".

La muerte del recogelotas furtivo no alteró ayer la vida del terreno de golf. A mediodía, el cuerpo sin vida de José Antonigo salía del recinto y la instalación funcionaba con normalidad.

A las dos de la tarde de ayer, Carmen Molina, madre del fallecido, descolgaba el teléfono de su casa. "Estaba muy nerviosa. La policía me dijo en primer lugar que mi hijo había tenido un accidente. Luego me señalaron que se había ahogado en un campo de golf", señaló. La mujer asegura que tardó mucho tiempo en reaccionar. Los llantos le impedían reflexionar sobre lo ocurrido. "Es todo muy extraño, mi hijo era cariñoso, amable y no tenía problemas económicos para meterse allí por la noche. Tampoco nunca me había dicho nada sobre ese campo de golf', decía ayer tarde su madre. "No entiendo nada"., proseguía, "y mucho menos que me digan que mi hijo se ha ahogado cuando sé que sabe nadar y que cada verano acudía a las piscinas del pueblo".

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