Turquía dobla sus efectivos contra los kurdos y penetra más de 200 kilómetros en Ikak

Turquía despertó ayer con todos los frentes abiertos. El Ejército redobló su ofensiva contra la guerrilla independentista del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK) en el norte de Irak con otros 10.000 soldados, con lo que la cifra se eleva a 20.000. Al mismo tiempo trascendía que el delegado de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) en el norte de Irak, Davut Dagistani, murió hace siete días, en uno de los choques iniciales entre el Ejército turco y los kurdos.Para acabar de complicar la posición de Turquía, que con esta ofensiva ya se ha adentrado más de 200 kilómetros en territorio iraquí, unos 200 kurdos irrumpieron en un edificio de la ONU en Ginebra, desbordando a las fuerzas de seguridad y rompiendo cristales. Tras protestar durante cinco horas contra el ataque turco, los manifestantes se retiraron sin necesidad de ser desalojados.

El frente interior no amaneció más despejado. El gubernamental Partido del Bienestar (islamista) del primer ministro Necmettin Erbakan reaccionó con dureza a la amenaza del día anterior del fiscal general de ilegalizarlo por "atentar contra los principios laicos de la Constitución". Los analistas han señalado la seriedad de este primer intento de ilegalizar a un partido en el gobierno y su capacidad de generar inestabilidad.

"Llevaremos [al fiscal general] a los tribunales", contraatacó ayer el ministro Abdullah Gul. La decisión del fiscal general, Vural Savas, es la última de una serie de presiones, con el Ejército a la cabeza, de los sectores laicos del país para derrumbar al islamista Erbakan, que gobierna en coalición con la conservadora y prooccidental Tansu Çiller, del Partido de la Recta Vía.