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FERIA DE SAN ISIDRO

Espada: "Aún debí devolver alguno más"

Hubo gente que pagó hasta 120.000 pesetas por una entrada en la reventa. Vieron diez toros, porque diez salieron, pero la corrida fue una ruina. Sin toros no hay espectáculo, y la plaza entera denunció el fraude. Y el presidente, Luis Espada, sacó el pañuelo verde a destajo. Al final del tormento, la autoridad hacía este balance: "La corrida ha sido mala, muy mala. Los titulares y los sobreros. He devuelto todo lo posible, aunque es posible que se me haya escapado alguno. Todos los que he cambiado era muy evidente que no valían, alguno no ha llegado ni al caballo. En otros, esperaba a verlos en la segunda vara, pero no llegaban. Y los que he dejado en el ruedo no han sido mucho mejores. Todos han flojeado mucho. También el primero y el segundo, sí, aunque éstos, en cambio, se emplearon en el caballo".Espada, que se jubila este año, tenía una espina clavada: "Para ser sincero, me he equivocado con el coloradito [2º sobrero de la ganadería titular]. Pensé que tenía cierta casta, pero luego vi que metí la pata. Debí echarlo al corral. En fin, ese disgusto me lo llevo a casa". Para el presidente, la culpa de que los toros se cayeran no fue del sobrepeso. Tampoco para el veterinario, ayer asesor en el palco, Santiago Gómez: "Para su esqueleto estaban bien de kilos. Más bien la culpa fue de la falta de casta"

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