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La Reserva Federal de EE UU desvanece los temores y deja en el 5,50% el precio del dinero

Los tipos de interés en Estados Unidos se quedaron en su sitio. Después de apuestas y especulaciones sin fin, la Comisión de Operaciones en Mercado Abierto de la Reserva Federal (banco central) tomó ayer la decisión de no modificar el 5,50% aplicado a los préstamos que los bancos se hacen entre sí. Tampoco cambia el interés del 5% que la Reserva Federal carga a los bancos. Con esta medida, el organismo responsable de la política monetaria de EE UU da un margen de confianza a las tendencias que apuntan a la reducción del ritmo de crecimiento económico.

Wall Street, que llegó a perder más de 70 puntos en el comienzo de la sesión, invirtió la tendencia al conocer la decisión del organismo que preside Alan Greenspan. El índice Dow Jones acabó en 7.303,46 puntos, con una ganancia de 74,58. El vuelco durante la sesión fue, por tanto, de casi 150 puntos.La economía estadounidense creció un 5,6% en el primer trimestre del año y la Reserva Federal parece considerarlo un índice aceptable y valora también los datos que indican que no hay presiones inflacionistas en el horizonte, a pesar de la elevada capacidad de producción y de un índice de desempleo inferior al 5%.

Como es habitual cuando no se modifican los tipos, el portavoz de la Reserva Federal extremó la concisión en su mensaje: "La reunión de la Comisión Federal de Mercado Abierto concluyó a las 12.45. No hay otros anuncios que hacer". Para explicaciones menos lacónicas hay que remontarse a lo dicho por Alan Greenspan hace 13 días, en su última intervención en público antes de la reunión de ayer.

El presidente de la Reserva Federal lanzó esta advertencia: "Si la esperada disminución del crecimiento no se materializa, tendríamos que enfrentamos a cualquier presión emergente en los mercados de créditos y de bienes".

Con un desempleo del 4,9%, desconocido desde 1973, y la economía viento en popa, es evidente que la Reserva Federal mantendrá su vigilancia día a día y que no vacilará en adoptar medidas en una próxima reunión si detecta "presiones emergentes". La tasa interanual de inflación fue en abril del 2,5%, con una subida de una décima respecto a la del mes de marzo.

Después de la ansiedad creada, el índice bursátil de valores industriales Dow Jones, que se había movido en territorio negativo durante toda la jornada, subió 22 puntos de golpe. Los mercados de valores han estado sujetos a fuertes emociones en las últimas cinco semanas, debido a los informes de distinto signo sobre el control de la inflación y la alta tensión del crecimiento económico.

El pasado 25 de marzo, la Reserva Federal tomó la decisión de elevar los tipos de interés por primera vez en más de dos años. La subida fue de un cuarto de punto y suscitó amargas críticas de empresarios, sindicatos y congresistas, pero se produjo en una situación mucho más clara que la de ayer y Wall Street, que la esperaba, no sufrió ninguna conmoción seria.

Los que consideran peligrosas las "maniobras preventivas" de la Reserva Federal para restringir la política monetaria anticipándose a las señales de inflación, debido a sus negativas repercusiones para los consumidores en los pagos con tarjetas de crédito, préstamos e hipotecas, reaccionaron ayer favorablemente, en contraste con las agrias críticas de marzo.

Después de la subida de los tipos, Greenspan, en un discurso en la Universidad de Nueva York pronunciado el pasado 8 de mayo, la justificó de esta forma: "No actuar contra una posible acumulación de las presiones inflacionistas al acecho supondría aprobar la existencia de una amenaza contra la seguridad y el nivel de vida de muchos norteamencanos".

El dólar, mientras tanto, vivió ayer serios altibajos que le llevaron en algunos momentos a un cambio de 111,98 yenes, su cotización más baja frente a la divisa japonesa desde diciembre. Los comentarios de las autoridades monetarias de Tokio sobre el excesivo ritmo de apreciación del yen contribuyeron a que el dólar remontara la caída.

El pasado 1 de mayo, el billete verde valía 127,47 yenes, y desde entonces no ha hecho más que bajar. No parece que haya una voluntad política clara en Washington de alterar este curso, que se utiliza como elemento de compensación del desequilibrio de la balanza comercial a favor de Japón.

Déficit comercial

Robert Rubin, secretario del Tesoro, dijo el lunes por la noche que no hay cambios en cuanto al respaldo de EE UU al dólar, pero puso poco énfasis en sus argumentos. En cambio, Rubin fue mucho más explícito a la hora de condenar el superávit comercial de Japón.El excedente comercial japonés, en gran parte generado por la exportación de automóviles al mercado de EE UU, preocupa mucho. "La pregunta es si habrá un incremento sostenido del actual superávit. Si la respuesta es positiva, creo que se trata de un problema muy serio", advirtió Rubin.

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