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Dos proxenetas encierran en un piso a una mujer para prostituirla

Antonio S. P., de 35 años, y Tomás R. Y, de 40, han sido detenidos bajo la acusación de raptar y encerrar en un piso a una mujer de 38 años a la que obligaron a prostituirse, según la Jefatura Superior de Policía. El suceso saltó a la luz el pasado sábado cuando la víctima logró avisar por teléfono al 091. Pidió auxilio a la policía tras escapar de sus raptores con la excusa de que iba a ver a su hija.La víctima relató a los agentes que se hallaba en el domicilio de una amiga y que deseaba denunciar a dos individuos que la esperaban en la calle dentro de un coche. "Me han raptado y me obligan a prostituirme", afirmó. Una patrulla acudió a la citada dirección. Sin embargo, los sospechosos habían huido. La policía logró detenerlos el pasado fin de semana.

El calvario de la mujer comenzó el pasado 6 de mayo. Ese día se encontraba en la Casa de Campo, donde ejercía la prostitución. Tomás, uno de los detenidos, la raptó y la retuvo en una pensión de la calle de La Palma. Dos días después la trasladaron a un piso de la localidad toledana de Vargas, donde fue sometida a todo tipo de vejaciones y agresiones sexuales. Los dos acusados, según declaró la secuestrada, la sometieron a vigilancia, obligándola a prostituirse bajo amenazas. La mujer les entregaba el dinero, pero Tomás continuaba dándole palizas.

El pasado sábado la víctima convenció a uno de los proxenetas para que le permitieran visitar a su hija. Los dos hombres la acompañaron hasta la puerta de su casa. Pero les engañó; se dirigió a la vivienda de una amiga y utilizó el teléfono para avisar a los agentes.

La mujer facilitó la descripción de sus raptores y los lugares que frecuentaban. Tomás fue localizado por un coche patrulla el pasado domingo en la Casa de Campo. Tiene tres antecedentes policiales, uno de ellos por allanamiento de morada. La policía detuvo a Antonio el domingo en la citada pensión de la calle de La Palma. Admitió haber mantenido relaciones sexuales con la denunciante, aunque sin violencia ni coacciones.

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