La reunión entre Aznar y Pujol se zanja sin acuerdo en financiación sanitaria y ley del fútbol
El presidente del Gobierno, José María Aznar, y el presidente de- la Generalitat, Jordi Pujol, no lograron ponerse de acuerdo, tras cuatro horas y media de reunión, en los dos asuntos más importantes que les separan: la financiación sanitaria y la ley del fútbol. Pujol aseguró que ni él ni Aznar se pidieron responsabilidades por la situación de crispación política creada tras las amenazas del secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Rodríguez, al empresario Antonio Asensio. Dejó también muy claro que las discrepancias no pondrán en riesgo el pacto entre el Gobierno y CiU. "Nuestra voluntad es la de apoyo. El envite de España en Europa no es de carácter político, sino histórico, y no se puede echar a perder".
Fue una reunión larga e insatIsfactoria desde el punto de vista de los acuerdos, pero sirvió a Aznar y Pujol para distender el alejamiento entre el Gobierno y CiU tras la denuncia de amenazas del empresario Antonio Asensio al secretario de Estado de Comunicación Miguel Ángel Rodríguez tras el pacto firmado con Sogecable.Pese a subrayar las discrepancias, Pujol no descartó totalmente la posibilidad de un acuerdo, sobre todo en materia sanitaria, y anunció que la próxima semana continuarán las conversaciones. Dejó muy claro a Aznar su pretensión de que la mejora de la sanidad se financie con incrementos en los impuestos especiales y anunció para la semana próxima un encuentro entre los ministros de Economía, Rodrigo Rato, y Sanidad, José Manuel Romay, con los consejeros de Economía y Hacienda, Macià Alavedra, y de Sanidad, Eduard Rius. El presidente de la Generalitat advirtió a Aznar que la financiación sanitaria debe zanjarse antes de la negociación de los presupuestos de 1998, esto es, antes de septiembre.
La reunión puso de manifiesto que las diferencias entre Aznar y Pujol sobre la ley del fútbol son casi insuperables, aunque ambos líderes mantendrán 'la negociación, a escala parlamentaria, antes de la votación de esta ley en el pleno el 30 de mayo. "Nuestra posiciones son divergentes. Defendemos nuestros intereses y los de TV-3 y no somos partidarios de la retroactividad", dijo Pujol. El presidente de la Generalitat aprovechó también la ocasión para subrayar: "No somos correa de transmisión de ninguna empresa".
Pujol se manifestó a favor de una plataforma digital única y recordó que TV-3 tiene un compromiso no cancelado con la plataforma que lidera Telefónica que no se ha podido aprobar en el Parlamento catalán por no cumplirse el requisito de que su participación debe ser inferior al 10%.
El único punto de acuerdo del encuentro de ayer entre Aznar y Pujol fue el desarrollo de la policía de tráfico. Aznar se comprometió a tramitar la ley rápidamente. Fue más cauto Pujol al referirse a otra cuestión avanzada, como es el traspaso del Inem. "Nos interesa activar", señaló Pujol.
Aznar y Pujol abordaron, asimismo, el clima de crispación política pero Pujol no pidió la cabeza del secretario de Estado de Comunicación Miguel Angel Rodríguez, ni tampoco responsabilidades al Gobierno,- por las presuntas amenazas al empresario Asensio. Tampoco Aznar pidió a Pujol que los dirigentes de CiU moderaran sus declaraciones críticas contra el Ejecutivo tras la denuncia de Asensio.
No tomar partido
No obstante, Pujol denunció una información de un teletipo de la agencia Efe del pasado miércoles en la que se decía que el presidente de la Generalitat otorgaba más credibilidad a Miguel Angel Rodríguez frente a Antonio Asensio. En esta cuestión dejó claro que no tomaba partido por ninguna de las dos partes. Pujol generalizó esta posición a toda su actitud sobre el clima de crispación. Recordó que en la legislatura anterior le había tocado campear con la misma situación y que entonces también trató de mantenerse al margen. "No es bueno para el país que exista este clima. Nuestra contribución es no entrar ni echar leña al fuego".La unidad del idioma catalán fue otra de las cuestiones abordadas en la reunión de la que el presidente de la Generalitat dio muestras de preocupación. Dijo que no sabía qué votará el PP cuando el día 20 se someta al Congreso una proposición no de ley, defendida por CiU, lU-lC, PSOE y parte del Grupo Mixto que sostiene que el catalán y el valenciano son una misma lengua. "Nuestra posición coincide con la de la Real Academia Española. Es una posición de sentido común. No tenemos nada que negociar".
No obstante, Pujol dejó claro los límites de la conflictividad. Para que no hubiera dudas aseguró que CiU seguirá apoyando al Gobierno. "Nuestra voluntad es la de apoyo. El envite de España en Maastricht no es de carácter político sino histórico y no se puede echar a perder". Hasta se permitió una broma. Sonriendo dijo que incluso Felipe González está a favor de que CiU garantice la estabilidad.
Pero también remarcó las distancias que les separan del PP: "PP y CiU no son clónicos. Son diferentes y sus diferencias son de origen, de evolución, de visión de las cosas... El mérito está en que nos entendamos. La sorpresa estaría en que no hubiera divergencias". Pese a asegurar su apoyo al Gobierno, también lanzó una advertencia a Aznar al referirse a los pactos. "Distinguir- lo que está en los pactos y lo que no está es peligroso. Podía dejar en minoría a un Gobierno, lo que no nos gustaría hacer por la imagen que traslada. Negociamos que esto ocurra en los menores casos posibles. En lengua no podemos negociar, pero en general hacemos un esfuerzo por el entendimiento. Lo único que necesitamos es que el Gobierno no nos ponga difícil nuestra voluntad de seguir dándole apoyo
El ambiente de frialdad de la última reunión en Moncloa entre Aznar y Pujol fue patente desde el primer momento. Aznar no recibió como en todas las ocasiones anteriores a su huesped al pie de la escalera del Palacio de la Moncloa. Lo hizo un funcionario. Este gesto no pasó inadvertido al entorno de Jordi Pujol.
El secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Rodríguez, puso el acento, tras el encuentro de ayer, en la reafirmación del pacto de estabilidad entre el Gobierno y CiU. En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, Rodríguez ya había dicho lo que opinaba de la crispación. "No hay crispación en la sociedad española. Sólo ruido". Después señaló a quienes él considera autores de ese ruido. "Es posible que algunas personas tengan deseos de crispar la vida política", comentó, para apuntar directamente a Felipe González con la siguiente frase: "Algunos líderes tienen una agenda judicial terrorífica mientras que el presidente del Gobierno tiene una agenda internacional extraordinaria".
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