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Estados Unidos insta a los dos líderes a seguir negociando

Estados Unidos. mostró anoche decepción por la suspensión del encuentro entre Mobutu Sese Seko y Laurent Kabila e invitó a los dos líderes zaireños a "encontrar una vía para hablar directamente". "Nos tememos lo que puede pasar" si no se ponen de acuerdo sobre un traspaso pacífico del poder, dijo el portavoz del Departamento de Estado, Nicholas Burns. Por su parte, Bill Richardson, embajador de EE UU en la ONU y enviado especial al conflicto, esperaba que la actual ronda de conversaciones desembocara en un cambio no violento y contribuyera a conseguir "un aterrizaje suave" de Kabila.El Departamento de Estado hizo un llamamiento el martes al sentido de la responsabilidad del hombre fuerte de la situación: "Este es un momento de prueba para él. Kabila tiene una enorme autoridad sobre uno de los más importantes países de Africa y confiamos en que sepa estar a la altura de las circunstancias", dijo Burns.

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Kabila está suficientemente advertido de lo que EE UU espera, según Richardson, que en sus dos entrevistas con él le ha insistido en la necesidad de "una transición integradora, un punto final a preocupantes problemas humanitarios y, a más largo plazo, de elecciones". El embajador norteamericano cree que EE UU ha cumplido ya con su papel de "catalizador" y que ahora todo depende de los protagonistas. Richardson alaba la eficacia y, el rigor en la mediación del presidente surafricano, Nelson Mandela, "cuya fuerza moral ha conseguido que los dos dirigentes se reúnan", y tiene confianza en el desenlace de la crisis, a pesar de todas las complicaciones e interrogantes: "Soy optimista y creo que habrá un aterrizaje suave y una transición pacífica".

Matanzas en Kisangani

Entre los desafíos que EE UU pone en la lista de Kabila, Burns señaló que tiene que "proteger a la gente que está bajo su responsabilidad". "Hablamos nada menos que de los refugiados", indicó, después de la intranquilidad provocada por los informes de matanzas en Kisangani a manos de los rebeldes que la ONU ha intentado investigar.Una segunda prueba del talante de Kabila será su comportamiento en la marcha hacia la capital para que la caída de Mobutu no se produzca en medio de un baño de sangre: "Creemos muy seriamente que en interés de los propios rebeldes tanto como de la gente del país debe intentarse una entrada pacífica de las fuerzas rebeldes en Kinshasa", dijo Burns. A largo plazo, el examen incluirá que Kabila demuestre "que gobierna de manera democrática, tanto en lo político como en lo económico, y que presta atención a los derechos humanos de los habitantes del Zaire". Por el momento, EE UU cree que la situación en Zaire es "incierta" y "de alto riesgo" y ha reiterado los llamamientos para que los norteamericanos abandonen el país.

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