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El fiscal pide "sólo" un año de cárcel para los procesados por el crimen de Arganzuela

Jan Martínez Ahrens

El primer aniversario de la muerte de David Afonso Correira, de 17 años, asesinado de una puñalada cuando jugaba en un ferial de Arganzuela el día de San Isidro, ha traído una noticia amarga para su familia. El fiscal del caso, según la asociación Jóvenes contra la Intolerancia, ha solicitado por un supuesto delito de riña tumultuaria un año de cárcel para cada uno de os ocho procesados. "No entiendo cómo si han matado a una persona, sólo se pida un año de cárcel. ¿Es eso lo que vale su vida?", afirmó la madre adoptiva de la víctima. El fiscal, según fuentes de la acusación, no ha pedido penas por homicidio al no haberse podido determinar durante la instrucción quién fue el autor del crimen. "Cada día es más barato matar", dijo el presidente de Jóvenes contra la Intolerancia, Esteban Ibarra.

Las sentencias del caso Costa Polvoranca, en la que cinco procesados quedaron absueltos, y la del crimen de Arganda, que impuso 10 años de prisión para el principal inculpado, configuran el horizonte en el que a aparecido la calificación fiscal. Ambos fallos, que dieron resolución judicial a dos sonados casos de violencia juvenil, fueron criticados por los familiares de las víctimas y las organizaciones no gubernamentales que les apoyaban."Ahora, con el crimen de Arganzuela, ya es el fiscal el que da marcha atrás. En el fondo se trata, creemos, de un fallo en el nuevo Código Penal. Antes estaba recogida la figura de reyerta tumultuaria con resultado de muerte; ahora se han cambiado las calificaciones jurídicas y si no se identifica al. autor del homicidio se queda en riña tumultuaria. La pregunta que surge es: ¿A quién pedimos explicaciones? ¿Al legislativo? ¿A los jueces? ¿A los fiscales? ¿A los policías por investigar mal? No sabemos cuál es la respuesta, pero sí que las consecuencias son alarmantes y que en las sentencias no se hace una lectura correcta de la violencia juvenil", afirmó el presidente de Jóvenes contra la Intolerancia, Esteban Ibarra. "El que durante la instrucción no se haya determinado quién es el autor material del crimen no implica que no exista un culpable, sino que los mecanismos de investigación han fallado o que ha habido miedo por parte de los testigos", añadió Ibarra.

No menos crítica se mostró la madre adoptiva del fallecido, quien mostró su miedo a que los culpables de la muerte de su hijo ni siquiera pisen la cárcel. "No sé quien lo mató, pero alguien lo hizo y espero que sea castigado. Creo, por lo que me ha comunicado mi abogada, que los testigos no se atrevieron a declarar y que, como estaba todo oscuro, todos han dicho que no pueden precisar lo que ocurrió. Me parece que hay que recordar que a David le mataron en medio de un recinto ferial que estaba lleno de gente".

Acusación particular

La acusación particular, en su escrito de calificación, pide 12 años de cárcel para cada uno de los procesados por un delito de homicidio. Este periódico trató ayer sin éxito de recabar la versión de las defensas.

La primera reconstrucción policial de los hechos señaló en su día que el crimen se desató por una moneda de 500 pesetas que se disputaron dos pandillas en el ferial. En la pelea intervinieron unos 30 jóvenes. En la turbulencia, según los primeros testimonios, David se vio rodeado de unos cuatro jóvenes y recibió una puñalada en el corazón. Otro, muchacho resultó acuchillado, aunque sin gravedad. Tras el tumulto, los jóvenes huyeron en desbandada.

En las semanas siguientes la policía detuvo hasta un total de 10 chavales por su presunta implicación en los hechos. El último en ser capturado, Husein Alí Doud, de 18 años, fue considerado por la policía el autor material de la cuchillada que acabó con la vida de David. El sospechoso, sin embargo, carecía de antecedentes y quedó en libertad provisional tras pagar una fianza de dos millones de pesetas. Una vez recobrada la libertad declaró. a EL PAÍS que él era inocente y que simplemente se vio envuelto en una reyerta en la que perdió el conocimiento.

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Sobre la firma

Jan Martínez Ahrens
Director de EL PAÍS-América. Fue director adjunto en Madrid y corresponsal jefe en EE UU y México. En 2017, el Club de Prensa Internacional le dio el premio al mejor corresponsal. Participó en Wikileaks, Los papeles de Guantánamo y Chinaleaks. Ldo. en Filosofía, máster en Periodismo y PDD por el IESE, fue alumno de García Márquez en FNPI.

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