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CRISPACIÓN EN LA VIDA POLÍTICA

CiU no se cree la versión del Gobierno y sugiere, el cese de Miguel Ángel Rodríguez

Los desmentidos del portavoz del Gobierno, Miguel Ángel Rodríguez, que niega haber amenazado al presidente de Antena 3 Televisión, Antonio Asensio, merecen muy poco crédito a los dirigentes de Convergència i Unió (CiU), que insisten en exigir responsabilidades políticas. "Es difícil que Asensio si invente una situación como ésa", replicó ayer el portavoz parlamentario Joaquim Molins. El secretario general adjunto di Unió, Jordi Petit, añadió que para creer a Rodríguez sería necesario que el Gobierno actuara judicialmente contra Asensio. Más allá, Xavier Trias se mostraba partidario de que el Ejecutivo "corrija" al responsable de las amenazas, y Josep López de Lerma sugería que "deje de cobrar del erario público". Todo ello, a tres días de la cita en La Moncloa entre José María Aznar y Jordi Pujol.

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Miguel Ángel Rodríguez, a quien se señala como el autor de las amenazas al presidente de Antena 3, afirmó ayer que el Gobierno no piensa acudir a los tribunales por la denuncia de Antonio Asensio, aunque reiteró que ésta era falsa. Pero desde CiU no tardaron en replicarle. Jordi Petit insistió en que no basta con un desmentido. Si las imputaciones del presidente de Antena 3 son falsas, dijo este dirigente de Unió, el Ejecutivo debe actuar "con contundencia" y acudir a los tribunales, porque "se está acusando a un Gobierno democrático de actuar contra las libertades y no puede quedar ninguna sombra en un caso tan grave como éste". Y si las acusaciones son ciertas, agregó, el Ejecutivo "debe actuar en consecuencia y el responsable debe asumir sus responsabilidades políticas".Los parlamentarios de CiU se prodigaron en declaraciones críticas hacia el PSOE y, especialmente, hacia el PP, por el deterioro del clima político, y reclamaron responsabilidades por las amenazas a Asensio. El vicepresidente del Congreso Josep López de Lerma llegó a advertir: "Nos estamos acercando a gran velocidad a la misma línea de deterioro político que nos aconsejó en su día soltar amarras respecto al Gobierno socialista". Su jefe de filas, Joaquim Molins, tuvo que salir al paso de estas declaraciones diciendo que aún se está a gran distancia de una situación como la de 1995.

La cabeza de Rodríguez

No fue ésta la única contradicción en que incurrieron ayer los nacionalistas. Molins, por ejemplo, no se mostró partidario de que el Gobierno optara por la vía judicial, pero el consejero de la Presidencia, Xavier Trias, dijo horas más tarde que el Ejecutivo debería denunciar a Asensio si sus acusaciones son falsas. Este cercano colaborador de Pujol había dicho por la mañana que el Gobierno debería "corregir" al responsable de las amenazas, pero por la tarde iba más lejos y reclamaba responsabilidades políticas. Aún más, mientras fuentes de la Generalitat precisaban que Jordi Pujol no pedirá la cabeza de Miguel Ángel Rodríguez cuando el presidente catalán se entreviste con José María Aznar el próximo viernes, el ya mencionado López de Lerma declaraba que el responsable de las amenazas "debería dejar de cobrar del erario público".

Molins replicó a Miguel Ángel Rodríguez diciendo que "un secretario de Estado no tiene conversaciones privadas". "Un miembro tan importante del Gobierno, si tiene este tipo de conversaciones, no son privadas, y de confirmarse, son muy graves", agregó.

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En La Moncloa se ha acogido con sorpresa la reacción nacionalista. Aznar, en un mitin en Madrid, se limitó el domingo a culpar de la situación de deterioro del clima político a Felipe González y al PSOE. Ayer, fuentes de La Moncloa manifestaban que no depende del Gobierno el control de toda la situación, en clara alusión a las reacciones de los medios de comunicación o a lo que González pueda hacer. Este ha manifestado que dosificará la información de que dispone sobre la implicación del PP en los intentos de mezclarle en la guerra sucia.

Ayer, precisamente, se anunció que Aznar recibirá a González el día 22. Aunque oficialmente será para abordar la agenda de la Conferencia Intergubernamental que se celebrará a mediados de junio en Amsterdam y el desarrollo de la cumbre de la OTAN en Madrid los días 8 y 9 de julio, el clima de deterioro político sin duda se pondrá sobre la mesa. El presidente Aznar y su antecesor se han entrevistado únicamente en dos ocasiones: el 26 de julio y el 17 de octubre del año pasado. Además, Aznar tiene previsto reunirse en las próximas semanas con Xabier Arzalluz (PNV), Manuel Hermoso (CC) y Julio Anguita (IU).

El denominador común de la inquietud de los parlamentarios de CiU es que cada vez que hay un cambió de Gobierno no puede partirse de cero, y cada nuevo Ejecutivo no debe tratar de eliminar a los rivales molestos, sean políticos o pertenezcan a los medios de comunicación. En este saco entran las amenazas a Asensio; el proceso de judicialización que afecta a medios de comunicación y a banqueros, como Carlos March, y la inculpación a La Caixa por los expedientes fiscales, y las declaraciones del vicepresidente Francisco Álvarez Cascos cuando acusó a González de ser "el cerebro de los GAL".

Para el diputado Francesc Homs, con este clima "se hace muy difícil el trabajo de diálogo político que desarrollamos desde CiU con el Gobiemo". "Nosotros", añadió, "no estamos para derribar gobiernos, pero tampoco para apoyar que se meta a gente en la cárcel". El vicepresidente del Senado Joan Rigol, también de CiU, tiene claro que es Aznar quien debe mover ficha".

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