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Un seísmo causa 1.000 muertos y 40.000 heridos en Irán

Irán volvió a verse sacudido ayer por un terremoto. Por tercera vez en lo que va de año, un violento seísmo sembró la destrucción y la muerte, esta vez en una región iraní vecina a Afganistán. Un centenar de pueblos desaparecieron de la faz de la Tierra, 930 personas murieron y 40.000 resultaron heridas, según las cifras divulgadas por la radio oficial del país tras un movimiento sísmico que alcanzó 7,1 grados en la escala de Richter. Aunque todas las fuentes coincidían en el número de muertos, no había unanimidad en cuanto al de heridos. Las cifras más pruedentes hablaban de 5.000. Son los últimos datos de una nueva jornada dolorosa para la República Islámica.Al menos 80 pueblos quedaron totalmente destruidos por el terremoto y otros 70 sufrieron daños en un 60% de su extensión, según indicó un responsable de la Prefectura de Qaen (provincia de Jorasán), citado por la agencia oficial iraní, Irna. Las víctimas son principalmente los habitantes de esta zona de Qaen, que cuenta con 40.000 vecinos.

El líder espiritual de la República Islámica de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, hizo una solicitud de socorro a la más poderosa fundación religiosa del país, la del imam Reza, para que acuda en ayuda de las víctimas.

Los corrimientos de tierra provocaron "grandes daños" en las ciudades de Birjand y Qaen, según el responsable a cargo de las catástrofes naturales de la provincia de Jorasán, Mehdi Siadati, citado por la agencia Irna. Según él, los equipos de socorro se desplazaron a las zonas siniestradas apoyados por helicópteros.

El seísmo se produjo sobre las doce de la mañana (diez de la mañana, hora peninsular española) en una vasta región semidesértica y poco poblada próxima a Afganistán, muy conocida por su elevada producción de azafrán. El epicentro estaba situado a 370 kilómetros al sur de Machhad, capital de la provinca de Jorasán.

Al otro lado de la frontera

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El seísmo fue sentido también en las provincias del este, del sureste y del centro del país. Según habitantes de Birjand, cuyos testimonios fueron recogidos telefónicamente desde Teherán, el terremoto afectó también a la región de Hérat, al este de la vecina Afganistán.

Con un clima favorable en estos días, las labores de socorro no conocían ayer dificultades meteorológicas, frente a los dos anteriores seísmos de este año. Ambos tuvieron lugar en febrero y se produjeron en durísimas condiciones invernales en las montañas del noreste y del noroeste iraní, lo que añadió graves problemas a las tareas de ayuda.

Conocido como "el país de los seísmos", la casi totalidad del territorio iraní y, sobre todo, la provincia de Jorasán son considerados como una zona de alta actividad sísmica. Varios cientos de movimientos sísmicos, de mayor o menor intensidad, se registran cada año en el conjunto del territorio iraní.

La provincia de Jorasán ha sido golpeada por varios seísmos más o menos violentos. El 4 de febrero, dos movimientos sucesivos de 5,4 y 6,1 grados en la escala de Richter provocaron unos 80 muertos en la zona de Bojnurd, al norte de esta provincia.

El 28 de febrero, un seísmo de 5,5 grados provocó cerca de un millar de muertos, más de 2.600 heridos y entre 40.000 y 60.000 afectados en numerosos pueblos al oeste de Ardébil, en el noroeste de Irán. El 21 de junio de 1990, un violento seísmo de 7,2 grados provocó unos 40.000 muertos y dejó a medio millón de personas sin hogar en la región de Rudbar, al noroeste de Teherán. Este fue el más grave terremoto conocido en la historia de Irán. Según las estadísticas oficiales, más de 200.000 personas han perecido en terremotos desde 1941.

La explicación de esta alta actividad sísmica reside en el fondo de los océanos, que han permitido detectar rastros de un movimiento del subcontinente indio hacia Eurasia. Desde hace 70 millones de años, India se ha ido acercando poco a poco a través de este lento movimiento de placas tectónicas y, desde hace 40 millones de años, India ejerce hacia Eurasia una formidable presión. Pero aunque se lentificó el acercamiento, pasando de 10 centímetros al año durante 30 millones de años a los cinco centímetros actuales, esta progresión sigue provocando choques y movimientos telúricos de gran violencia. Estos mismos movimientos están también en el origen de la formación de relieves extremos, como el punto más alto de la Tierra, el Himalaya.

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