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Maazel considera a Mozart "el compositor más contemporáneo"

El músico y director de orquesta franco-americano Lorin Maazel ofreció ayer en el Auditorio Nacional el Concierto de primavera, organizado por la Fundación Caja de Madrid, al frente de la Orquesta Filarmonía de Londres. En un encuentro con la prensa, ayer a mediodía, el maestro hizo referencia a su frustrado proyecto de estrenar el Teatro Real con Parsifal. "Cuando se me ofreció, lo acepté con entusiasmo", recuerda. "Iba a hacerlo con un excelente grupo de artistas, con mi orquesta y en un lugar y momento privilegiados. yo ya tenía pensado tomarme 1997 como un. año sabático y, según mis cálculos, mi encargo del Real no iba a perjudicarlo demasiado", afirmó. "Pero cuando las condiciones cambiaron radicalmente, yo ya no pude asumir la responsabilidad de hacerlo en el tiempo que tenía previsto y me habría costado mucho más de tres mesesEl violinista y director subrayó que su negativa a dirigir una ópera para el Real fue sólo circunstancial. "Tuve oportunidad de visitar el Real hace unos meses y estoy convencido de que con el tiempo Madrid se convertirá en un centro operístico de gran importancia. El público de Madrid es un público muy bueno, sutil y a la vez entusiasta", dijo.Compositor

Lorin Maazel está sumido en la composición, "no para complacer a la crítica o al público, sino por una necesidad personal verdaderamente imperativa". Su año sabático ha limitado al mínimo sus actuaciones. Sólo va a ofrecer unos cuantos conciertos en Europa con la Orquesta Filarmonía, antes de presentarse en Japón al frente de la misma. A partir de enero estará otros seis meses sin ofrecer conciertos.

"Acabo de terminar una obra para violín que ya está grabada y ahora estoy trabajando en una sinfonía", explica. Le han ofrecido también componer una ópera para un gran teatro europeo. "Todavía no les he contestado, porque no estoy muy seguro de la función que puede cumplir la ópera contemporánea en la sociedad actual. También me resulta difícil componer para voz humana; no sé si seré capaz. Pero creo que, después de todo, aceptaré el desafío".

El programa que interpretó ayer en Madrid estuvo compuesto por la sinfonía Júpiter de Mozart y la del Nuevo Mundo de Dvorak. Maazel, "un apasionado de Mozart", como se definió ayer, escogió esta obra porque considera que este compositor "sigue siendo el más contemporáneo". La de Dvorak no le parece una obra demasiado trillada para incluirla en su repertorio. "Una obra maestra es siempre una obra maestra", dijo. "Si los músicos o el público llegan a cansarse de ella, es cosa suya. La música es inspiradora y yo considero esta pieza fresca y sincera. Interpretarla es en cada ocasión un redescubrimiento de sus posibilidades. Para mí es un privilegio poder guiar al público a través de un paisaje musical como ése".

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