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El Ayuntamiento quiere derribar el edificio de Patrimonio para abrir un nuevo parque

Antonio Jiménez Barca

Los okupas de Lavapiés han ido a meterse en zona protegida: el edificio del que se han apoderado entra de lleno en un área del barrio que el Ayuntamiento piensa rehabilitar. Y el destino que le asignan los urbanistas municipales al inmueble okupado (en los proyectos aparece como ,en estado de deterioro y fuera de uso") no es otro que la demolición.No será el único que sufrirá la piqueta. En la manzana formada por la calle de Embajadores, la ronda de Toledo y la calle del Casino se enclavan actualmente ocho edificios. De éstos, sólo sobrevivirán cuatro: el instituto Cervantes, dos antiguos pabellones de un viejo jardín y lo que queda del palacio del Casino de la Reina, donde actualmente se ubica un colegio regentado por monjas, por una parte, y un asilo.

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Este inmueble se transformará en un centro social de la tercera edad. El colegio será trasladado.

Sobre el resto de los inmuebles planea el derribo. En ese espacio, el Ayuntamiento pretende abrir un parque de unos 25.000 metros cuadrados (el primero, que tendría Lavapiés), que, según los cálculos municipales, "paliará el importante déficit de zonas verdes del barrio".

Y tan importante. Según reza el proyecto, este parque "supone un incremento del 100% de la superficie de espacios libres existentes en el barrio". También se piensa construir un aparcamiento de unas 500 plazas, que "paliará el 50%" de los sitios para aparcar que la reforma de la zona más pobre del distrito Centro se va a llevar por delante.

¿Y el edificio tomado por los okupas? Actualmente pertenece a Patrimonio del Estado, pero el Ayuntamiento ya ha pedido a este organismo la cesión del inmueble. Luis Rodríguez-Avial, el gerente de Urbanismo, eso si, espera que Patrimonio "devuelva el edificio vacío", sin sus actuales inquilinos.

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La inversión total de toda la actuación asciende a 2.000 millones de pesetas, incluidos los costes derivados de la constucción de un nuevo colegio en otra zona de la ciudad.

Además de esto, el Ayuntamiento tiene planes para otro edificio próximo: la antigua fábrica de tabacos, situada enfrente del instituto Cervantes, a otro lado de la calle de Embajadores, también dependiente en la actualidad de Patrimonio. Este inmueble servirá, si todo sale como quiere el municipio, "para centro universitario".

El concejal de Urbanismo, Ignacio del Río (PP), así lo confirmó la semana pasada. El Ayuntamiento se encargará de rehabilitar el edificio para luego donárselo a una universidad, "pública o privada".

Todas estas obras, junto con la rehabilitación entera de viviendas del barrio, arrancaran cuando la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento ultimen los planes y acaben de coordinarse.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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