"Debemos compartir sacrificios con Rabat", advierte el ministro de Exteriores saharaui
ENVIADO ESPECIALPocas horas antes de que llegara el domingo al sur. de Argelia el mediador de la ONU para el Sáhara Occidental, James Baker, el responsable de la diplomacia saharaui, Bachir Sayed, declaraba a EL PAÍS que el Frente Polisario está dispuesto a "compartir los sacrificios que sean necesarios para que esta hora de paz tenga éxito". "Podemos discutir con Rabat cualquier posibilidad que pueda alejar las amenazas de la vuelta a la guerra. El vasallaje no es una solución posible y, aparentemente, la independencia da alergia a algunos en Marruecos. Hay que dar al Gobierno marroquí tiempo, cooperación económica, garantías de seguridad, todo aquello que pueda facilitar la ruptura con su empeno de ocupar el Sáhara".
Nacido hace 42 años en Smara bajo la colonización española, Sayed fue responsable de relaciones con la ONI J antes de ser nombrado ministro de Exteriores de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD). "He dirigido las dos delegaciones que han negociado con Marruecos: en 1989 con el rey, y en septiembre del año pasado con el príncipe heredero". La principal discrepancia surgió, según -el diplomático saharaui, a la hora de determinar el lugar donde celebrar las próximas rondas de conversaciones. "Faltaba un mediador creíble, y esta situación se ha despejado tras la designación de Baker", asegura.
"Los marroquíes insisten en que la negociación se desarrolle en su territorio, creo que tienen cierta dosis de falta de confianza. Pero el díalogo tiene que ser abierto y en terreno neutral. Madrid sería un buen lugar para negociar una solución para el Sáhara, como ya se demostró en la Conferencia sobre Oriente Próximo". Sayed considera, no obstante, que España ha dado la espalda a su antigua colonia: "Todos los Gobiernos españoles hasta ahora son culpables de la tragedia que vivimos nosotros, y que también vive toda la región.
Para el ministro de Exteriores saharaui, Baker puede ayudar a que Marruecos "vuelva a mirar hacia su interior y reoriente sus energías hacia la construcción de su sueño de grandeza dentro de sus fronteras". "Marruecos necesita un gran sueño, pero realizable, que no signifique una tragedia para otros. Su aspiración a una mayor relación con la Unión Europea, exige un gran proyecto económico y social".
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