La policía desarticula una banda internacional en Madrid que vendió al Este 2.000 coches robados
La policía ha detenido a 13 polacos, un portugués y tres españoles que no le hacían ascos a ningún trabajo, siempre que fuera delictivo. Su principal ocupación consistía en el robo y exportación de vehículos de lujo -más de 2.000 en un año-, pero también demostraron gran maestría en el sector de las falsificaciones. La Unidad Central de Policía Judicial ha descubierto en os alrededores de Madrid un taller mecánico -donde la organización trucaba los coches. para venderlos en el este de Europa- y una imprenta. Éste era el lugar clave. Se falsificaba de todo: documentación de vehículos, impresos de la ITV, carnés de conducir... También se fabricaban billetes de hasta 10.000 pesetas y monedas de 500.
En los ratos libres, robaban en tiendas y comercios. Uno de los policías responsables de la operación explicó ayer a EL PAÍS que los 17 detenidos utilizaban por igual pericia y violencia. "Por un lado, las falsificaciones eran muy buenas, con su contraseña de agua y todo, capaces de pasar sin problemas los detectores de billetes falsos que hay en tiendas y supermercados. Pero", siguió contando el funcionario, "a veces llegaban a ser muy violentos. No tenían reparos a la hora de reventar con un- mazo la puerta de un establecimiento comercial o de un domicilio privado".La policía les seguía la pista desde el mes de noviembre pasado. No fue fácil atar todos los cabos porque actuaban según la estructura jerárquica típica de las bandas organizadas. Tres polacos dirigían la red, el portugués era el responsable del taller mecánico -situado en la localidad madrileña de Pinto- y uno de los tres españoles -funcionario del Instituto Nacional de la Seguridad Social- regentaba la imprenta, ubicada en Los Hueros, también en la provincia de Madrid. Los 10 polacos restantes hacían el trabajo de campo.
Lo cuenta el policía responsable de la operación: "Era impresionante la rapidez con que conseguían hacerse con un vehículo. El método casi siempre era el mismo. Localizaban un automóvil -siempre de gran cilindrada y normalmente de las marcas Volkswagen, Audi, Seat y Fiat- y con un sacacorchos sacaban el bombín de la cerradura. Generalmente, el del tapón de la gasolina o el de la puerta del copiloto. En menos de dos minutos, hacían un molde para fabricar la llave y volvían a colocar el bombín. Algunos propietarios de los vehículos robados nos han dicho", continúa el policía, "que al advertir el desperfecto pensaron que les habían intentado robar la gasolina y. no le dieron más importancia. A la mañana siguiente, o incluso a las pocas horas, los delincuentes volvían al lugar y se llevaban el coche sin ningún problema".
Entonces le tocaba el turno al portugués. Al llegar al taller mecánico, los vehículos eran desprovistos de matrículas, números de bastidor y demás elementos identificativos. Éstos eran sustituidos por los de turismos siniestrados, que habían sido localizados en los desguaces tras ser dados de baja por sus legítimos dueños. Así, con una documentación falsa de excelente calidad, los vehículos salían de Madrid con destino a los países del Este. Hasta Alemania, Austria o Italia, los conductores -que solían ser inmigrantes búlgaros o polacos manejados por las mafias- no se topan con ninguna frontera. "Y si allí", explica el policía de la Unidad Central de, la Policía Judicial, "descubren por algún motivo que es un coche robado, lo que resulta prácticamente imposible es determinar dónde fue sustraido o quién es el dueño verdadero".
Coches sin dueño
La prueba de, lo que dice el funcionario está en un dato: en las dependencias de la policía polaca se encuentran más de 11.000 coches procedentes de robos en países comunitarios que nadie es capaz de identificar. De la efectividad de la banda recién desarticulada en Madrid da fe otra cifra: la policía cree que, sólo en el último año, la organización logró robar y exportar unos 2.000 vehículos, valorados en 8.000 millones de pesetas.
La lista que ayer ofreció la policía con lo intervenido a los 17 delincuentes es mareante, pero demuestra su afición desmedida al trabajo sucio. En el transcurso de la operación han sido recuperados 23 automóviles robados, así como 300 motores y componentes mecánicos; y otros 15 vehículos fueron devueltos a sus dueños. Sólo en la imprenta fueron encontradas 4.800 tarjetas de identidad alemanas en blanco, 500 tarjetas de la ITV, 300 permisos de conducir sin rellenar, 500 tarjetas de residencia en la UE...
Desde el viernes, delincuentes tan trabajadores descansan en chirona.
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