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Otros 42 campesinos degollados con hachas y espadas en Argelia

Nueva matanza en Argelia. Esta vez las víctimas eran 42 campesinos de la aldea de Omaria, cerca de Medea, a unos 100 kilómetros al sur de la capital, quienes, según la prensa local, fueron degollados con hachas y espadas. Con esta nueva carnicería se eleva ya a 140 el número de personas muertas en poco menos de dos días en Argelía, según los recuentos oficiosos, en una zona donde grupos paramilitares e integristas libran una guerra sin cuartel.

El ataque a la aldea de Omaria se produjo en la noche del martes al miércoles, mientras sus habitantes dormían y las fuerzas de seguridad más cercanas se habían replegado, como es usual, a sus cuarteles, permitiendo así la actuación impune de las milicias paramilitares y de la guerrilla integrista, verdaderos protagonistas desde hace meses de una guerra sucia y oscura que se ha saldado en el país con más de 100.000 muertos.En este nuevo ataque, atribuido según la prensa local a los grupos integristas, murieron 17 mujeres, 22 hombres y 3 niños cuya edad no superaba el año, según anunció ayer el periódico El Watan, que no añadía más precisiones con respecto a la matanza. El Gobierno guardaba hasta ayer por la tarde, y como es usual, un hermético silencio con respecto a estas últimas muertes.

La región de Medea es junto con la de Blida y la Mitiya, que rodea la capital, las zonas de Argelia en las que durante los últimos meses se están produciendo los combates más sangrientos entre las fuerzas gubernamentales y la guerrilla islamista. Las características geográficas del terreno favorecen la impunidad de los grupos armados, que se refugian en las montañas cercanas para desde allí lanzar sus ataques sobre las aldeas, interceptar las vías de comunicación y dar apoyo a los grupos armados urbanos. En estas zonas son sumamente activos los grupos de voluntarios civiles, compuestos también por campesinos y parados, que, armados por el Ministerio del Interior, son la punta de lanza de una guerra sin cuartel y sin normas contra los grupos integristas. Mientras ayer eran enterrados los últimos 42 degollados en Medea, se repetían los gritos de dolor y las notas y comunicados de condena. Eran prácticamente las mismas condenas que se habían pronunciado horas antes, cuando se descubrió la matanza de las dos aldeas de Bugara, la mayor de los últimos años en Argelia, en la que murieron otras 93 personas.

Las últimas matanzas han provocado una serie de reacciones internacionales en cadena. El Papa manifestó ayer su deseo de que "la reconciliación y la paz lleguen pronto a Argelia, un país que ha conocido tantas pruebas" y un portavoz del Departamento de Estado norteamericano aseguró que "es dificil encontrar una insurrección terrorista más brutal y un grupo más cínico que estos terroristas armados".

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