Los pilares de mi formación

Leo EL PAÍS desde hace 20 años, es un hábito al que no puedo renunciar. Como dice la canción de Joan Manuel Serrat, "fa vint anys que tinc vint anys", es decir, que he pasado el periodo más importante de mi formación intelectual y humana en compañía de ustedes. Muchas veces he comentado a mis amigos que mi formación descansa sobre tres pilares fundamentales: el ejemplo de mi abuela materna, la obra de Josep Pla y la lectura diaria de EL PAÍS. Soy un entusiasta de los artículos de opinión. EL PAÍS cuenta con una lista de colaboradores ex traordinarios. Recuerdo ahora mismo los artículos reflexivos del señor Cebrián, la ironía finísima del desaparecido Anthony Burgess, la profundidad del senor Ignacio Sotelo y el didactismo del señor Rojas Marcos, por poner algunos ejemplos. La lista puede incrementarse, tanto que pocos rotativos en el mundo podrían igualarla. La buena amistad que he mantenido con EL PAÍS me ha llevado a veces a rechazar por completo el enfoque de ciertas noticias y a enfadarme con EL PAÍS como si de un amigo se tratara; después, cuando encontraba un artículo brillante, me olvidaba de mi enfado y proseguía el diálogo.Sé que ahora algunos de ustedes pasan por un momento difícil. Aunque a mí la televisión digital me interesa tanto como el críquet, sigo de cerca el serial y me gustaría enviarles ánimos desde mi casa. Ustedes. han tenido siempre la elegancia de no caer en el periodismo alarmista, incendiario y analfabeto, por eso creo que si se mantienen en su línea habitual será suficiente para capear el temporal.

Posdata. Creo que sería el momento de crear un club de lectores. Otros diarios de fama internacional lo tienen-.