Las cadenas privadas de Portugal ven "insuficiente" la limitación publicitaria de las públicas
Sólo debería haber un canal en abierto y otro codificado, afirma Arons de Carvalho
La supresión de la publicidad comercial en el segundo canal público y las limitaciones para el primero, puestas en marcha desde el pasado 1 de abril como contrapartida a las subvenciones del Estado, han "disciplinado" el mercado televisivo portugués, pero "aún están muy lejos de resolver definitivamente el problema", según afirman responsables de los dos cadenas privadas. El secretario de Estado para la Comunicación, Alberto Arons de Carvalho, afirma que la decisión del Gobierno tiene como objetivo "ordenar y moralizar el mercado, resolver el problema de la competencia desleal y buscar la calidad de las públicas".Los canales privados portugueses, la SIC (líder indiscutible de audiencia) y la TVI, exigieron el pasado año al Gobierno que pusiera fin a la "evidente discriminación" que sufrían por parte de las públicas. Dichos canales reclamaron la adopción de medidas que corrigieran la "competencia desleal" de las públicas que, el pasado año, recibieron más de 80.000 millones de pesetas de subvenciones.
La solución no se hizo esperar. Desde el pasado 1 de abril el segundo canal de la televisión pública dejó de emitir publicidad comercial y el primero tuvo que reducir sus bloques de anuncios a siete minutos y medio por hora, según el nuevo contrato de concesión de servicio público suscrito con el Gobierno el 31 de diciembre de 1996. No obstante, las limitaciones no sólo afectan a las públicas. Los canales privados sólo pueden programar un máximo de 12 minutos de publicidad por hora.
Asimismo, el Gobierno está intentando frenar las habituales violaciones del Código de la Publicidad por parte de todas las cadenas, algunas de las cuales llegaban a interrumpir hasta siete veces las películas en horarios de máxima audiencia, los informativos y el fútbol, contra de las directivas europeas. Las nuevas medidas obligan a respetar un intervalo mínimo de 20 minutos entre cada bloque publicitario para la generalidad de la programación que se amplía a 45 minutos en los largometrajes.
"Severas medidas"
El secretario de Estado para la Comunicación, Alberto Arons de Carvalho, explica a EL PAÍS que la situación de las televisiones obligó al Gobierno a tomar severas medidas para reordenar el mercado. En principio limitar la publicidad de los canales públicos que reciben subvenciones oficiales y, después, dirigirlos en busca de la calidad, tratando de apartarles de la guerras de audiencias y las contraprogramaciones". Arons de Carvalho reconoce que "Portugal atraviesa serias dificultades con sus televisiones. En primer lugar, se cometió el error de conceder dos canales en abierto. Debería haberse autorizado uno en abierto y otro codificado, para no dividir peligrosamente el mercado" en un país que no llega a los 10 millones de habitantes.
"De hecho", añade, "la situación de la TVI es actualmente muy delicada (perdió más de 3.000 millones de pesetas en el último ejercicio) y la publicidad se dirigió de tal manera hacia las televisiones que ha afectado seriamente a las empresas periodísticas y a la radios. Esperamos que ahora se normalice la situación, aunque no somos muy optimistas con la transferencia de la publicidad".
El vicepresidente del Consejo de Administración de la SIC, Luis Vasconcelos, sostiene que el Gobierno, al menos, "ha acabado con esa distorsión del mercado que suponía la competencia desleal de las públicas, pero no estamos satisfechos; aceptamos esas limitaciones pero a condición de que sean revisadas en el futuro". A su juicio, estas limitaciones sólo han conseguido desviar unos 3.000 millones de pesetas del total de los 50.000 millones que mueve el mercado.
En este sentido, el director de Comunicación de la TVI, Antonio Monteiro Coelho, también opina que esas restricciones no han surtido un gran efecto, dado que "la 2 ya no tenía un peso publicitario significativo. Estas medidas han intentado adecentar el panorama, pero aún estamos muy lejos de su solución definitiva porque también se ha penalizado a las privadas".
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