Los comunistas rusos recogen firma para pedir la destitución de Yeltsin

Guermadi Ziugánov apostó ayer por la radicalización del Partido Comunista de Rusia (PCR), la principal organización opositora, y llamó a comenzar una campaña de recogida de firmas para pedir la destitución del presidente Borís Yeltsin y modificaciones a la Constitución del país. El líder comunista se ha visto obligado a adoptar esta nueva línea dura debido a las presiones de los militantes de base, que están muy descontentos con la política de colaboración que, según ellos, ha estado aplicando el PCR respecto al actual Gobierno.

"Mientras más amplia y organizada sea la recolección de firmas, más fácil y orgánicamente se transformará en huelga general", dijo Ziugánov en su discurso de hora y media durante la apertura del IV Congreso del PCR. Las acciones del nuevo Gobierno "privan al país de las perspectivas de resurgimiento de la economía nacional y de mejoramiento de las condiciones de vida de los trabajadores", señaló el líder comunista, quien agregó que el actual Gabinete "aplicará, sin lugar a dudas, una política mortal para Rusia".De ahí la necesidad para el PCR de comenzar una "nueva etapa táctica", que, a juzgar por el informe de Ziugánov y las intervenciones de los delegados, se traducirá en una abierta confrontación con el Gobierno. Ziugánov opinó que el PCR tratará de aprobar en la Cámara baja un voto de censura, pero que, "si no va acompañado de una lucha por la caída del actual régimen", probablemente no conducirá a la caída del Gabinete, sino "a su nueva mutación, peor que la actual", y a la disolución de la Duma Estatal. Unas elecciones legislativas anticipadas, sin embargo, pueden ser incluso "positivas" a condición de que se logre modificar la Constitución presidencialista actualmente en vigor.

Borís Yeltsin, que descansa en el balneario de Sochi tras su viaje a Alemania, envió un saludo al congreso del PCR en el que manifiesta que ahora ese partido "debe y puede canalizar su energía al trabajo constructivo". El conciliador mensaje "aunque podemos discutir sobre muchas cosas y sobre muchas otras no estar de acuerdo, a todos nosotros nos une el deseo de ver a Rusia fuerte y floreciente" fue recibido con risas y silbidos por los asistentes al congreso.

Mientras Ziugánov atacaba al Gobierno, el primer ministro, Víktor Chernomirdin, inauguraba el congreso -también el cuarto- del movimiento Nuestra Casa es Rusia (NCR).