El IRA siembra el caos en los transportes del norte y centro de Inglaterra
Una bomba real y varios avisos telefónicos falsos bastaron ayer al IRA para sembrar de nuevo el caos en las comunicaciones en el corazón del Reino Unido. El único explosivo estalló a primera hora de la mañana cerca de la estación de trenes de Leeds, al norte, obligando a la policía a cerrar la estación y evacuar el centro de la ciudad.
Al mismo tiempo, falsas alarmas paralizaron el movimiento de trenes en tomo a otras tres estaciones y el tráfico en la M6, una autopista que cruza el país de norte a sur. El primer ministro, John Major, y los líderes laborista, Tony Blair, y liberal demócrata, Paddy Ashdown, condenaron este nuevo ataque, que "demuestra el habitual desprecio del IRA por las vidas humanas", dijo Major.Fue el primer ministro el que señaló inmediatamente la culpabilidad del IRA en este cuarto incidente, provocado según todos los indicios por los provisionales, desde que comenzó la campaña electoral británica. En todos ellos el IRA ha combinado las bombas con falsas amenazas de explosivos para lograr el máximo efecto. La última gran "acción" del grupo hace un par de semanas obligó a posponer el Grand National, la prueba hípica más importante del país.
La bomba que estalló ayer poco antes de las nueve de la mañana en un aparcamiento junto a la estación de Leeds -segundo centro financiero en Inglaterra- pilló a la policía desprevenida. Una llamada telefónica había advertido de la existencia del explosivo pero, al contrario que en el caso de los falsos avisos, esta vez el comunicante no facilitó el código secreto del IRA. Aunque la bomba no causó heridos, pese a que la estación registraba un movimiento de trenes considerable cuando estalló, la policía de Yorkshire tomó todas las precauciones. Primero se desalojó la estación y locales próximos, después el centro de la ciudad que quedó desierto en pocos minutos. Desde el centro financiero, hasta los diarios locales vieron interrumpida su actividad por una alerta de seguridad cuyo coste económico podría ascender a varios millones de libras.
Las mismas medidas de seguridad fueron adoptadas en torno a las estaciones de Doncaster, cerca de Manchester, y las de Stoke y Crewe, en el centro del país. Su cierre durante la práctica totalidad del día significó el corte de las líneas férreas por el oeste y el este del país. El caos en el tráfico ferroviario quedó completado con una nueva alerta de seguridad en la M6. Durante más de seis horas, la policía llevó a cabo un minucioso examen de dos grandes tramos de la autopista, uno en tomo a Manchester, y el otro en el condado de Staffordshire, que quedaron inmediatamente cortados.
Pacientes automovilistas, entrevistados al volante por las televisiones locales, se limitaban ayer a culpar al IRA de lo ocurrido. "Es lógico que la policía tome estas medidas. Nadie puede fiarse del IRA", explicaba un conductor atrapado en el atasco en las proximidades de Preston, cerca de Manchester. El tráfico, normalmente muy intenso un viernes por la mañana, quedó restablecido a primeras horas de la tarde.
La policía pidió ayer a los ciudadanos extremar la vigilancia y no desplazarse si' no era estrictamente necesario. La nueva estrategia del IRA, según Scotland Yard, es causar un máximo impacto pubIicitario -y económico- sin poner en peligro vidas humanas.
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