_
_
_
_
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Mijatovic, lo mejor

A sufrir. Pronto se vio que el Madrid iba a sufrir para ganar el encuentro. El despiste de Roberto Carlos dejando anticiparse a José Mari aumentó el casillero de los goles encajados de cabeza. Poco después ninguno de los jugadores de la defensa se percató de que el que iba a disparar era el griego Tsartas, y suerte que Alkorta no pusiera el 0-3 en el marcador.Los damnificados. El triste panorama puso a trabajar a Capello. El primer damnificado fue Chendo que dejó su puesto a Sanchis, intentando equilibrar el dominio sevillista en el centro del campo. Sulcer fue el segundo poco después y mucho antes de lo que acostumbra. Las intervenciones de Mijatovic fueron lo único positivo del Madrid,en la primera mitad.

Más información
El Madrid se sabe campeón

Suicidio. Dos despistes, uno del asistente al no señalar el claro fuera de juego de Raúl y el otro del defensa sevillista Prieto, permitieron el gol de Seedorf con el tiempo sobradamente vencido. No pareció hacerle mucho daño este gol al Sevilla que tras el regreso dispuso de alguna ocasión más. Esto sólo duró unos minutos: acabó suicidándose al encerrarse en su propia área.

A las profundidades. La sorprendente sustitución de Tsartas dejó al Sevilla herido en su medio campo. Prosinecki, que había realizado una primera parte excelente, decayó mucho en la segunda. El segundo cambio acabó por meterle en su propia área a la espera de lo que parecía inevitable. Tras una primera parte esperanzadora, su caída en la segunda le lleva directamente a las profundidades.

Al mismo tiempo. Los viejos y amargos recuerdos volvieron al madridismo tras los goles del Sevilla que además, coincidían con el de Ronaldo poniendo a su equipo con ventaja. La tortilla dio la vuelta en la segunda mitad. El Bernabéu celebraba la remontada de su equipo al tiempo que en Valladolid el Barcelona iba recibiendo los goles que le alejaban definitivamente de su directo rival, salvo desastre.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_