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Un nuevo muro policial expulsa de Barajas a las redes internacionales de inmigración ilegal

El aeropuerto de Barajas se ha convertido en un muro prácticamente infranqueable para las redes internacionales dedicadas al tráfico clandestino de inmigrantes. Agentes de policía -expertos en extranjería y falsificación de pasaportes- realizan desde septiembre controles exhaustivos en las puertas y escalerillas de los aviones procedentes de algunos países de Suramérica, norte de África y Oriente Próximo. El resultado es espectacular. Según Daniel Santos, comisario jefe del aeropuerto, la policía ha rechazado desde entonces 1.227 viajeros, a los que no se permitió abandonar la pista.

La alarma saltó el pasado mes de agosto. La policía había detectado la aparición de nuevas redes dedicadas al contrabando de personas. Todas utilizaban el mismo método. Después de cobrar elevadas sumas de dinero por la operación, las organizaciones entregaban a los inmigrantes pasaportes sirios -presumiblemente conseguidos en blanco y después rellenados con datos y sellos falsos- y un billete de avión."El punto de origen", explicó Daniel Santos, "era casi siempre Irak, con destino a las ciudades de Ammán (Jordania) o El Cairo (Egipto), para dirigirse después a Madrid en tránsito hacia La Habana. El destino final de Cuba era una simple pantalla, ya que la verdadera intención de estas redes era utilizar el tránsito por Barajas como vía de entrada a Europa". Una vez en el aeropuerto de Madrid, los inmigrantes -aleccionados. antes de partir por las redes de delincuentes destruían los documentos y el billete de avión, e intentaban camuflarse entre los demás viajeros de la sala de tránsito.

Horas después, y cuando el avión en el que debían seguir su viaje a Cuba ya había despegado, se presentaban a las autoridades del aeropuerto y pedían asilo político. Aseguraban que pertenecían a un pueblo o a una religión perseguida; muchos juraban ser kurdos.

Daniel Santos, que ha participado en unas jornadas sobre seguridad aeroportuaria celebradas en Palma, asegura que todas las semanas se producían 16 o 17 peticiones de asilo. "En lo que va de año", añade el comisario, "ningún inmigrante ha conseguido burlar el control para pedir después asilo político"."Las organizaciones delictivas internacionales se aprovechan", según el comisario jefe de Barajas, "de que la legislación española dispensa una amplia protección a todos los perseguidos por motivos de opinión, raza o religión". Daniel Santos advierte, no obstante, que nb "el éxito policial" deja a veces un sabor amargo en los funcionarios. "Hay historias espeluznantes, verdaderos dramas personales de gente que lo ha dejado todo, sus casas, los ahorros de toda su vida, y buscan desesperadamente un sitio donde vivir mejor, engañados en muchos casos por las mismas redes que los envían aquí".Durante 1996, el puesto fronterizo del aeropuerto de Barajas no admitió a 2.583 pasajeros por distintos motivos: documentación incompleta (239), pasaportes falsos o alterados (215), medios económicos (606) y prohibiciones de entradas u otras causas (1.523). Fueron deportadas 2.481 personas.

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